Carlos:
Pablo enseñó que los mensajeros si así lo requieren enseñan de sus idiomas a quienes quieren vincular a sus misiones.
No confundas ese hecho con lo acaecido en esa fiesta de «pentecostés», allí esos judíos aprendieron idiomas de la tierra y no de los idiomas de los mensajeros.
Al respecto no importa la opinión de los demás, porque no depende de nadie el recibir esa experiencia.
El enemigo conoce todas esas lenguas y estas no son necesariamente para pedir a Dios.
Son dadas para edificación de una congregación que le sirva a la obra del Altísimo.
No se dan para hacer payasadas, como suele verse en algunas congregaciones.
Los de arriba son serios y están haciendo una labor trascendental, así que ellos deciden a quién vincular a su misión (1Co. 12.10-11).
Abstente de creerle a los jactanciosos o a quienes ni entienden de qué se trata el asunto.
1 Co. 14:22-25:
«Así que, las lenguas son por señal, no a los creyentes, sino a los incrédulos (…)
Si, pues, toda la iglesia se reúne en un solo lugar, y todos hablan en lenguas, y entran indoctos o incrédulos, ¿no dirán que estáis locos? Pero si todos profetizan, y entra algún incrédulo o indocto, por todos es convencido, por todos es juzgado» (1 Corinthians 14:22-25).
FGuttmann.