Respuesta a: ¿Cómo se vive en el «cielo»?

#10415
Félix Guttmann
Moderador

Leonardo:

3. Entonces tenemos la explicación acerca del diezmar: para que haya «alimento» en la «casa de Dios» y como resultado de ese evento, esa —-bendición— sobreabundaría, y también la represión de ese devorador (Satanás)”, y como resultado de ese reprensión, Satám “no nos destruirá el fruto de la tierra, ni vuestra vid en el campo será estéril”.

Y resultado de ello será que “todas las naciones nos dirán bienaventurados; porque seréis tierra deseable”.

4. Viajar por el mundo y conocer lugares nos exigirá tener dinero a menos que sea parte de nuestra profesión, y comprar ropa o comida es una necesidad lo cual no tiene porqué desagradar a Dios.

La pobreza no es una bendición de Dios, es el resultado de la descomposición social ocasionada por el hombre en ventaja sobre aquellos a los cuales explota.

Ese tipo de ricos que lograron esa situación por ser explotadores, avaros, codiciosos, desalmados, insensibles, ventajistas, son los que no heredarán el reino de los cielos.

5. Si das tus diezmos y ofrendas a Dios mediante Jesús (Heb. 7.8) es porque has comprendido el sentido de la obediencia con base en la pertenencia.

Ese «evangelio de la prosperidad» choca con la advertencia de Jesús (Mat. 6:24-34).

6 . Jesùs NO dijo que no sirviéramos a dos señores.

El dijo que «ninguno puede servir a dos señores; porque o aborrecerá al uno y amará al otro, o estimará al uno y menospreciará al otro. No podéis servir a Dios y a las riquezas».

Eso no quiere decir «que si uno tiene dinero y negocios y ocupaciones que requieren tiempo para administrar no se puede dedicar a las dos cosas a la vez».

Bien claro lo dice Jesús «ninguno puede servir a dos señores» a la vez.

El habla de «servir», de prestar un servicio, de sujetarse.

Por ello decimos que nuestro Señor es Jesús y no Satán.

O servimos a nuestro Señor Jesús o servimos a Satanás que solo ofrece riquezas mal habidas.

Si decimos que Jesús es el rey de reyes, ello implica que también es rey sobre Satán aunque Satán no le acepte, y por no servirle será condenado eternamente a la muerte junto con quienes no acepten el señorío de Jesús.

FGuttmann