Respuesta a: El Reino de los Cielos

#10578
Félix Guttmann
Moderador

Gustavo:

Detallando esos ciertos aspectos interesantes de Apocalipsis que resaltas, tenemos que ese número, el siete, significa «propósito».

Juan escribió en griego, para los de mentalidad griega de la época.

Para deducir que los 7 «vientos» (lat. «espíritus») son «mensajeros» (gr. «ángeles), pues tenemos que con base en el contexto bíblico -en cuanto a otros seres, aunque semejantes al «hijo del hombre» o al «hombre»- todos han sido enviados para hacer algo específico en su calidad de «mensajeros».

Además, que algunos de esos apartes bien lo aclaran, que eran «mensajeros» (Re. 8.2; 6; 15.1; 6; 7).

No solo cuando se refiere a «estrellas» se refiere a los mensajeros, porque de todas maneras esas «estrellas» son mensajeros.

Quienes enseñan que esos ángeles de los cuales habla Juan 1:20 son «pastores», pues en parte tienen razón, porque su función como mensajeros radicaba en liderar a esa congregaciones.

Desde luego que la congregación de Jesús debería caracterizarse, precisamente, por manejar primeramente la sabiduría y el conocimiento de los asuntos pertinentes a la problemática que nos atañe y usar el poder de Dios para confrontar esa realidad, conforme a la repartición que haga el «viento sagrado» (gr. «Espíritu santo») en cada seguidor de Jesús y por consiguiente en cada congregación de Jesús establecida sobre la tierra, según el ordenamiento de Jesús.

Dos etapas hay que tener en cuenta, aquella cuando Jesús no era el protagonista y la posterior, cuando Jesús lo es.

Lo que diga Jeremías, en relación a esos mensajeros que Jehová envió por toda la tierra, fue un hecho que nos indica que esos mensajeros vinieron para hacer una misión específica.

Con respecto al mensaje a la iglesia de Éfeso, el por qué dice Jesús que conocía las obras de ese mensajero, y su arduo trabajo y que ese mensajero había hasta ese momento trabajado arduamente por amor de su nombre, y que no había desmayado, es porque eso evaluó Jesús de ese mensajero.

Lo decente, lo justo, lo conveniente, fue resaltarle los aspectos positivos de su gestión, para luego recomendarle lo que allí le dice.

Eso lo hace cualquier administrador de empresa que sea sensato, decente y justo.

Me tomaría un buen tiempo explicarte por este medio todo lo que te inquieta acerca de Apocalipsis 21.

Eso lo vemos en el Instituto Internacional de Estudios Bíblicos Camino Luz, toda vez que en dos palabras no es posible explicarlo todo.

Esta sección es para «Comentarios», no para hacer estudios bíblicos que exigen una exposición amplia, detallada, profunda y no es lo indicado en este caso.

Por lo menos ya estás enterado acerca de «la nueva Jerusalén», que tiene 12 puertas, calles de oro, y tiene ese muro con esas medidas.

Ya estás enterado que esa «ciudad se encuentra establecida en cuadro», que su longitud es igual a su anchura y a su altura».

Ya averiguaste que esas medidas coinciden con ese «kilómetraje», etc.

¿Cómo debes visualizar esa información?

Pues, como te la describen: que tiene tres puertas por cada lado, que cada una es una «perla», y «perla» significa «verdad» (Mt. 13.45-46); que la calle era de oro puro, transparente como vidrio, y que ya no vio en ella «templo», o un edificio para que se congreguen, «porque el Señor todopoderoso es el templo de ella, y el cordero. Y que la ciudad no tiene necesidad de sol (de que alguien la ilumine) ni de la luna (religiones) que brillen en ella, «porque la gloria de Dios las ilumina y el cordero es su lumbrera».

En cuanto a la calle o camino «de oro», aunque sea físico y literal, de todos modos el oro repesenta la autoridad de Dios.

Las puertas son puertas por donde accederán y saldrán gentes redimidas.

Ese «rio limpio» significa no influencias extrañas; y ese «árbol» significa «sabiduría, etc, y lo literal también trae información colateral o profunda, según el caso.

Importante que de todas maneras puedas comprender que un grupo de personas descenderán del universo infinito en naves y en una de ellas traen a esa «ciudad».

FGuttmann.