Leticia:
Judas «Iscariote» («Ish»: «varón») de «Cariot» no estaba destinado a «traicionar» a Jesús, aun cuando en las Alturas los encargados del plan del del Altísimo sabían, y se contaba con ello, que Satán se la enfilaría a uno de los doce para «entregar» a Jesús.
Mateo reseña que Judas, «viendo» que Jesús «era condenado, devolvió arrepentido las treinta piezas de plata a los principales sacerdotes y a los ancianos, diciendo: Yo he pecado entregando sangre inocente. Mas ellos dijeron: ¿Qué nos importa a nosotros? ¡Allá tú! Y arrojando las piezas de plata en el templo, salió, y fue ———–y se ahorcó» (Mat 27:3-5 R60), pero el libro de los hechos desvirtúa a Mateo mencionando que Judas (al intentar ahorcarse) cayó de cabeza y se reventó por la mitad, y que todas sus entrañas se derramaron y que ello «fue notorio a todos los habitantes de Jerusalén».
En cuanto a la sanción para quien se prestara al objetivo de Satán, entregar a Jesús, según lo advertido en el libro de los Salmos, consistiría en que su «habitación» sería «hecha desierta» y que nadie moraría en ella, por tanto otro tomaría «su oficio» (Act 1:18-20).
FGuttmann.