Victor:
La fuente dice: «Y Yehováh-Elohím plantó un huerto en Edén, al oriente; y puso allí al hombre que había formado» (Gen 2:8 «Y salía de Edén un río para regar el huerto, y de allí se dividía hacia cuatro cabezas».
(Gen 2:10).
El «Edén» es el nombre del reino de los cielos ubicado en el universo. Allí, en ese reino, al «oriente» (una referencia para ubicar nuestro planeta), tanto Yehováh-Elohím establecieron un «huerto», es decir un gran asentamiento o campamento que alojó a muchos mensajeros del reino de los cielos. Allí también establecieron a ese ADAM que habían capacitado. Del reino de los cielos, el «Edén», salía una «río» o influencia u ordenes para informar y dirigir a quienes estaban en ese «huerto», y de ese lugar se «dividía» hacia cuatro líderes («cabezas») de sendos planetas.
No es para extrañarnos que en ese reino de los cielos haya vivido Satán, obviamente cuando aún no había transgredido y que haya estado en ese otro «huerto», donde residen los monarcas. En su calidad de «Querub» formó parte de ese «huerto de Elohím» porque su misión fue la de «administrador» (la fuente no dice «protector») de este planeta, por ello se le delegaron diez misiones o autoridades (toda piedra preciosa era tu vestidura; de cornerina, topacio, jaspe, crisólito, berilo y ónice; de zafiro, carbunclo, esmeralda y oro). El día de su «graduación» -«los primores» de sus «tamboriles y flautas estuvieron preparados» para él, para celebrarle su misión. Ese «Querub» como los otros fue «perfecto en todos sus caminos» desde el día que fue formado, capacitado para esa misión específica, hasta que se halló en él maldad (Eze 28:13-15).
FGuttmann.