Shalom y bendiciones hermano Felipe Ariel, es un gusto saludarte y compartir con las provisiones que también traes para el tema. Ahora vemos con más claridad cómo se relaciona la transgresión que ocurrió en aquellos días, con ese sistema que sigue impuesto en el mundo como una bestia cada vez más cruel, a la que no basta arrasar lo que pertenece a los demás; así como ocurrió con esa descendencia de la que habla Enoc “y devoraban el trabajo de todos los hijos de los hombres hasta que los humanos ya no lograban abastecerles”…1Enoc 7:3
Esa es la forma en que se proyectan todas las gobernaciones que la Biblia denomina “bestias” porque son monstruos rapaces y devoradores; consumen con voracidad lo que los demás producen, exactamente lo que hará a su mejor estilo tecnológico el 666; igual que esos ejércitos que sorprenden al mundo en los últimos días, y que en Yoel y Apocalipsis son llamados como “langostas”.
Cuando el Señor Jesús nos da las señales para que estemos atentos a su regreso, al decirnos que será como en los días de Noé, también nos invita a escudriñar cómo se vivió en aquellos días en que descendieron esos habitantes de los cielos, porque se tendrá al mundo en las mismas condiciones de manipulación, de maldad y de violencia.
Cuando desciendan Jesús y sus ejércitos toda transgresión será terminada, y cada daño será reparado. Enoc dice que el lugar donde descendieron los «hijos del cielo» y donde se comprometieron diciendo: «Vayamos y escojamos mujeres de entre las hijas de los hombres y engendremos hijos» es el monte Hermón. Los Evangelios dicen que Jesús y sus discípulos fueron por el camino del norte de Betsaida en el Mar de Galilea, a la ciudad de Cesarea de Filipo; lo que corresponde a la base sur del Monte Hermón; allí Jesús les reveló el plan sobre la fundación de su iglesia, y
posiblemente también fue allí donde ocurrió la transfiguración de Jesús, cuando tomó a tres de sus discípulos, Pedro, Santiago, y Juan, en una montaña alta para orar.
Saludos!