Respuesta a: ¿Cuidado con "Dios te bendiga"?

#12320
Félix Guttmann
Moderador

Estimado Carlos:

Aunque ciertamente que la frase “que Dios te bendiga” jamás fue utilizada en los escritos que fueron compilados en el llamado ‘nuevo testamento’, ello no indica que no fuese utilizada por los judíos seguidores de su Mesías y máxime si se encuentra al menos nueve veces en el llamado Antiguo testamento.

Del análisis de ese autor tenemos que no es cierto que esa expresión aparece en el Antiguo Testamento solo en dos pasajes: Deuteronomio 14:29 y 30:16, porque también está en Gen. 28.1-5; Dt. 1.11; 23.20; 24.13,19; Sal. 67.1; Jer. 31.23.

Es obvio que lo de la ‘iglesia de Cristo’ no fue ventilado en el llamado ‘antiguo testamento’.

Las bendiciones espirituales en los lugares celestiales no le pertenecen solamente a la Iglesia de Cristo, porque si excluimos a Israel también excluimos a su Ungido o Mesías que ha de unir su reino, Israel, al reino de los cielos.

En esos lugares celestiales los arrebatados recibirán dos ciudadanías, la israelita y la celestial (Ef. 2.12; Fil. 3.20). A los israelitas se les ratificará su nacionalidad.

El Mesías o ‘cristo’ fue prometido primero a los israelitas (Ge. 49.10):

«Porque no quiero, hermanos, que ignoréis que ————-nuestros padres—— todos estuvieron bajo la nube, y todos pasaron el mar; y todos en Moisés fueron bautizados en la nube y en el mar, y todos comieron el mismo alimento espiritual,
y todos bebieron la misma bebida espiritual; porque bebían de la roca espiritual que los seguía, ————y la roca era Cristo.——— (1Co 10:1-4 R60).

Yeshúa (Jesús) en su ‘nuevo pacto’ incluyó a los gentiles. Los predestinados fueron entonces los israelitas y los gentiles que sigan a Jesús recibirán la ciudadanía de Israel.

En esa perspectiva Pablo escribió: «Por tanto, acordaos de que en otro tiempo vosotros, ————los gentiles———- en cuanto a la carne, erais llamados incircuncisión por la llamada circuncisión hecha con mano en la carne.
———–En aquel tiempo estabais sin Cristo———–, alejados de la ciudadanía de Israel——— y ajenos a los pactos de la promesa———–, sin esperanza y sin Dios en el mundo.
——–Pero ahora en Cristo Jesús———–, vosotros que en otro tiempo estabais lejos———, habéis sido hechos cercanos por la sangre de Cristo».

Los israelitas no fueron hechos cercanos por la sangre de Cristo. Lo fueron los gentiles.

«Porque él es nuestra paz, que de ambos pueblos hizo uno, derribando la pared intermedia de separación, aboliendo en su carne las enemistades, la ley de los mandamientos expresados en ordenanzas, para crear en sí mismo de los dos un solo y nuevo hombre, haciendo la paz, y —————mediante la cruz reconciliar con Dios a ambos en un solo cuerpo———-, matando en ella las enemistades. Y vino y anunció las buenas nuevas de paz —————-a vosotros que estabais lejos, y a los que estaban cerca (los israelitas); porque por medio de él —————-los unos y los otros tenemos entrada por un mismo Espíritu al Padre———. Así que ya no sois extranjeros ni advenedizos, sino conciudadanos de los santos, y miembros de la familia de Dios, edificados sobre el fundamento de los apóstoles (todos israelitas) y profetas, siendo la principal piedra del ángulo Jesucristo mismo (que es israelita, de la tribu de Judá), en quien todo el edificio, bien coordinado, va creciendo para ser un templo santo en el Señor; en quien ——————-vosotros también sois juntamente edificados———- para morada de Dios en el Espíritu» (Eph 2:11-22 R60).

Pablo, un judío de la tribu de benjamín y romano, escribió: «Porque deseara yo mismo ser anatema, separado de Cristo, por amor a mis hermanos, los que son mis parientes según la carne; ————que son israelitas, de los cuales son————-(1) la adopción, (2) la gloria, (3) el pacto, (4) la promulgación de la ley, (5) el culto y (6) las promesas; de quienes son los patriarcas, y de los cuales, según la carne, vino Cristo, el cual es Dios sobre todas las cosas, bendito por los siglos. Amén» (Rom 9:3-5 R60).

Jesús advirtió: «Vosotros adoráis lo que no sabéis; —————-nosotros adoramos lo que sabemos————; porque la salvación viene de los judíos—-» (Joh 4:22 R60).

» para que en Cristo Jesús la bendición de Abraham —————-alcanzase a los gentiles——–, a fin de que por la fe recibiésemos la promesa del Espíritu» (Gal 3:14 R60)».

Por Israel, y por los judíos vino la salvación a los gentiles (Ro.11), y por ellos los gentiles que sigan a Jesús son BENDECIDOS POR DIOS con toda bendición espiritual en los lugares celestiales: «Bendito sea el Dios y Padre de nuestro Señor Jesucristo, que nos bendijo con toda bendición espiritual en los lugares celestiales ———-en Cristo—-» (Ef.1:3).

Por lo tanto, decir esa expresión, “que Dios te bendiga”, a un hermano en la fe no necesariamente es una muestra de INCREDULIDAD y menos de ‘apostasía’, si tenemos en cuenta lo que advirtió Jesús: «No todo el que me dice: Señor, Señor, entrará en el reino de los cielos, sino el que hace la voluntad de mi Padre que está en los cielos. Muchos me dirán en aquel día: Señor, Señor, ¿no profetizamos en tu nombre, y en tu nombre echamos fuera demonios, y en tu nombre hicimos muchos milagros? Y entonces les declararé: Nunca os conocí; apartaos de mí, hacedores de maldad» (Mat 7:21-27 R60).

La frase “que Dios te bendiga” solo dice que ——-Dios diga bien de ti———-.

Si hacemos su voluntad entonces el Padre dirá bien de nosotros. Sabremos si ha dicho bien de nosotros si hemos hecho su voluntad, y entonces formaremos parte del arrebatamiento y participaremos en las ‘bodas del cordero’ en calidad de ‘esposa’.

No todos los cristianos participaremos o participarán en ese arrebatamiento, mucho menos en esas ‘bodas’, entonces no todos seremos o no todos serán ‘esposa’ del ‘cordero’.

«Esforzaos a entrar por la puerta angosta; porque os digo que muchos procurarán entrar, y no podrán. Después que el padre de familia se haya levantado y cerrado la puerta, y estando fuera empecéis a llamar a la puerta, diciendo: Señor, Señor, ábrenos, él respondiendo os dirá: No sé de dónde sois. Entonces comenzaréis a decir: Delante de ti hemos comido y bebido, y en nuestras plazas enseñaste. Pero os dirá: Os digo que no sé de dónde sois; apartaos de mí todos vosotros, hacedores de maldad. Allí será el llanto y el crujir de dientes, cuando veáis a Abraham, a Isaac, a Jacob y a todos los profetas en el reino de Dios, y vosotros estéis excluidos. Porque vendrán del oriente y del occidente, del norte y del sur, y se sentarán a la mesa en el reino de Dios» (Luk 13:24-29 R60).

Cuando pedimos que un hermano sea bendecido por Dios, no necesariamente estamos diciendo que aun no ha sido bendecido por Dios, con lo cual no estamos dejando de creer en la Palabra de Dios, sio que somos conscientes que no todos los que dicen ser cristinos hacen la voluntad del Padre.

Juan a su hermano en Cristo le escribió: «Amado, yo deseo que tú seas prosperado en todas las cosas, y que tengas salud, así como prospera tu alma» (3Jo 1:1-2 R60).

Si todos YA HEMOS SIDO BENDECIDOS POR DIOS con toda bendición espiritual en los lugares celestiales, basados en esa máxima:
«Bendito sea el Dios y Padre de nuestro Señor Jesucristo, que nos bendijo con toda bendición espiritual en los lugares celestiales en Cristo» (Ef.1:3), entonces ¿por qué no todo el que le diga a Jesús «Señor, Señor» entrará en el reino de los cielos?

Si todos YA HEMOS SIDO BENDECIDOS POR DIOS con toda bendición espiritual en los lugares celestiales, basados en esa máxima escrita a los creyentes de Efeso (Ef.1:3), ¿qué sentido tiene la advertencia de Jesús: «Esforzaos a entrar por la puerta angosta; porque os digo que muchos procurarán entrar, y no podrán»?

Oportuno y conveniente sopesar lo advertido por Jesús, escrito por Mateo (Mt. 25).

Bendiciones.

FGuttmann