Respuesta a: La rebelión de Satán

#5183
Félix Guttmann
Moderador

Hector:
¿Cómo podríamos ser «alguien» para Dios sin haber sido engendrados?
A partir del engendramiento ya somos «alguien» que como tal se verá completamente al salir del vientre al hábitat que le corresponde.
Nadie es «elegido de la nada» porque la «nada» no existe. Se elije algo o a alguien entre opciones existentes.
Nadie es predestinado, elegido o escogido para ser «esencia ————-del conocimiento de Dios».
Dios es esencia, su creación es sustancia.
Tenemos un «principio», nuestro código genético y nuestros ascendientes.
La «carne» es materia y procede del código genético.
Con respecto del «espíritu» si muere o no, lo conveniente es despejar el significado de ese vocablo latino.
Ese «motivador» (heb. «ruah»; gr.»pneuma», esp. «viento») no puede dejar de existir jamás en razón a su origen, el Creador, sin embargo muchos motivadores o «espíritus» ——–morirán——— si entendemos que «morir» es experimentar la ausencia del Creador en nuestras vidas y ello acontecerá eternamente para quienes prefirieron que en sus vidas viviera Satán.
Dices que tú ves «a la muerte como si nunca hubiésemos nacido».
Interesante saber que puedes ver a la muerte.
No puedes alterar la realidad de cara a que evidentemente hemos nacido. No hay vuelta atrás. Nacimos.
Nadie ve a la «muerte», desde la perspectiva física; la sensamos al ver fallecidos y la experimentaremos al fallecer físicamente.
No le es difícil a la humanidad creer en algo que no ha visto o que no ve. Los proyectos como tales visualizan lo que ha de llevarse a cabo, un edificio, un puente, un parque. Gentes compran cosas sustentados en intangibles.
A muchos les importa la muerte, la tienen en cuenta y temen perder sus vidas.
En nuestro hábitat contaminado, corrompido, es «normal» experimentar o conocer de todo ello que expones, por ello Jesús y Pablo, entre otros, recalcan buscar primeramente el reino de los cielos y al hallarlo poner la atención en la justicia que allí se experimenta para que con base en ello recibamos por «añadidura» lo correspondiente, si ponemos la mira en ello, lo de arriba, no lo que prima en la tierra.
La ignorancia es la tiniebla que envuelve como si fuese luz a la humanidad terrenal.
Hay quienes les interesa vivir para siempre, pero lo buscan de muchas maneras, y la vejéz o la enfermedad o los imprevistos dramáticos les frenan esa ilusión.
Esa ilusión será una realidad para todos, en su debido tiempo, y pocos vivirán eternamente participando de la creación y muchos también vivirán eternamente pero sin participar de la creación.
Enciende tu luz …. la luz que te delegó Jesús.
FGuttmann.