Alvaro:
Jesús en su parábola (Lc. 16.20-31) nos enseña adónde van los que fallecen.
Desde luego que aquellos que dicen o creen o aducen en cuanto al destino de los que fallecen físicamente, que unos van al cielo, o que otros al infierno, o al purgatorio, demuestran que desconocen la enseñanza de Jesús.
Tratar el tema del «juicio final» sin conocerlo debidamente también genera especulaciones y creencias obviamente erróneas.
Desde luego que la resurrección es un evento que experimentarán directamente en su propia existencia los que están o lleguen a estar en ese lugar que definió Jesús en su enseñanza. Indirectamente también lo experimentarán los testigos de ese hecho.
Al Creador nadie va incompleto. El Creador es Dios de vivos, no de muertos. Un vivo para el Creador es tal cual como lo creó: de su viento (llámese «espíritu»), según su diseño (alma) y con el cuerpo que le corresponde.
Muchos son los pastores que enseñan desaciertos y muchos se los creen.
FGuttmann.