El tema de la tal «marca» es netamente tecnológico ligado a la sistematización y que desembocará en lo financiero, después de abarcar otros asuntos como la salud, la migración y la inmigración, las licencias de conducción y otro tipo de seguimientos que procurarán limitar a la humanidad bajo leyes que permitirán a los poderosos vigilar a su antojo a la humanidad, así que las personas que por las razones que sean acepten la implantación de ese microprocesador, en su mano derecha o en la frente, tendrán que enterarse, si eso les preocupa, si podrán o no deshacerse de ese dispositivo. Cada quien, que esté enterado del tema, tendrá que decidir que hacer si se ve abocado a aceptarlo o rechazarlo, conforme a sus circunstancias, y medir las consecuencias si lo acepta o si lo rechaza. Este tema, que tiene que ver con la realidad de este mundo, no afina con lo religioso o con lo denominacional.
Satán, precisamente, enlazará a la humanidad por su lado más débil, el amor al dinero o la necesidad del dinero.
La realidad de la humanidad terrenal es asunto de consciencia, no de religión. La fe muere cuando la religión surge. La fe se acaba cuando la religión empieza. Fe y religión no son ni primas, mucho menos hermanas. La tecnología y la sistematización no afinan con la religión pero si ratifican la fe, si entendemos el verdadero significado de FE, que es una sola para todos.
FGuttmann.
