Respuesta a: ¿Existe la trinidad?

#7039
Félix Guttmann
Moderador

El Hijo –Jesús- ¿es “Dios”, como lo enseñó Atanasio?

Atanasio, el padre del pensamiento cristiano a partir de su “credo”, mediante el cual dogmatizó que “así -como- el Padre es Dios, el Hijo -también- es Dios, y el Espíritu Santo -igualmente- es Dios, sin embargo, -advirtió Atanasio que- no hay tres Dioses sino un Dios”.

¿Cómo se puede contradecir de esa manera y ser aceptada su contradicción: el Padre es Dios, el Hijo -también- es Dios, y el Espíritu Santo -igualmente- es Dios, «sin embargo, no hay tres Dioses sino un Dios”?

Si no hay tres dioses, ¿dónde queda -entonces- que el Padre es Dios, que el Hijo -también- es Dios, y que el Espíritu Santo -igualmente- es Dios?

Vaya maxima: «no hay tres Dioses sino un Dios».

Bueno, Dios se pronunció aclarando acerca de sus Hijos: «Yo dije: Vosotros sois dioses, Y todos vosotros hijos del Altísimo» (Salm 82:6).

Y sobre esa aclaracion, que es del Padre, no de Atanasio, ni del suscrito, Jesus se refirió: «¿No está escrito en vuestra ley: Yo dije, dioses sois? Si -Dios- llamó dioses a aquellos a quienes vino la palabra de Dios (y la Escritura no puede ser quebrantada), ¿al que el Padre santificó y envió al mundo, vosotros decís: Tú blasfemas, porque dije: Hijo de Dios soy?» (Jn. 10:34-36).

«a aquellos a quienes vino la palabra de Dios (y la Escritura no puede ser quebrantada), el Padre les llamó «dioses». Eso es «politeismo» con base en un linaje: Adan fue -primeramente- «hecho» a «imagen» de «Elohim», conforme a la semejanza que tenían en común los allí presentes (Gen. 1.26). Luego fue «creado» por «Elohim»(Gen. 1.27) y por último fue «formado» por Yehovah-Elohim (Gen. 2.7-8).

Pablo, a los griegos, que se atenían a sus «divinidades», en cuanto al Dios que les estaba presentando, les dijo que «en él vivimos, y nos movemos, y somos», a similitud como algunos de sus propios poetas lo decían: «Porque linaje suyo somos.» Los griegos creían que ellos eran del linaje de sus «divinidades».

«Siendo, pues, linaje de Dios, no debemos pensar que la Divinidad sea semejante a oro, o plata, o piedra, escultura de arte y de imaginación de hombres» (Hech. 17:28-29).

Yacob, hermano de carne de Jesus, mejor conocido como «Santiago» («Saint Yacob») dijo que con nuestra lengua, a veces «triperina», maldecimos a los hombres, «que están hechos a la semejanza de Dios» (Sant. 3:9).

¿De qué fuente sacó este obispo católico romano esa información, que Jesús es Dios, en igualdad, de la “Biblia?

No, de este compendio de libros no pudo haber sacado ese deducción, porque es el mismo Jesús dijo que él iba al Padre, «porque el Padre mayor es que yo» (Jn 14:28).

Jesús mismo es quien se excluye de ser “Dios” en igualdad de condiciones que el Padre.

Al respecto tenemos la información fidedigna de su discípulo preferido, de Juan, este misionero nos relata acerca de las “cosas: que habló Jesús con el Padre ese día, cuando Jesús “levantando los ojos al cielo, dijo: Padre, la hora ha llegado; glorifica a tu Hijo, para que también tu Hijo te glorifique a ti”.

¿Por qué había el Padre de “glorificar”, es decir, de reconocer a su Hijo, para que solamente así el Hijo –de manera recíproca- pudiera a su vez reconocer (“glorificar”) al Padre?

Jesús, en esa oración, le reconoce al Padre haber recibido de su parte autoridad “sobre toda carne”, asimismo para que le diera “vida eterna” a todos los que el Padre le dio, haciendo referencia –prioritariamente- a los doce primeros discípulos.

Si revisamos las mismas Escrituras, en estas Mateo y Marcos nos aclaran que nadie, solo el Padre, sabe el día y la hora del retorno de Jesús (Mt. 24.36; Mr. 13.32). ¿Cómo se baraja esa carta, que ni Jesús –siendo DIOS, según Atanasio- sabe la hora ni el día de su retorno?

Es más, el mismo Jesús se excluyó de ser llamado “bueno” (Mt. 19.16-17).

¿Cómo entendemos esta advertencia de Jesús, “porque el Padre ama al Hijo, y le muestra todas las cosas que él hace; y mayores obras que estas le mostrará, de modo que vosotros os maravilléis”? (Jn 5:20).

El Padre al Hijo, “mayores obras que estas le mostrará” –futuro- para que sus discípulos se asombren.

Las revelaciones que tenemos de Juan, en su libro llamado «las revelaciones» o en griego «Apocalipsis», las recibió Jesús de parte de su Padre (Apo. 1.1).

Sigamos con este tema, a ver si nos atenemos a Jesús o a Atanasio.
FGuttmann