Enrique:
Blasfemar es maldecir, vituperar, especialmente contra algo o contra alguien que se considera sagrado o digno de respeto.
Blasfemia contra el Espíritu santo la persona que desdice o actúa mal en su contra, a pesar de haber sido guiado al conocimiento de toda la verdad, de haber sido enterado de lo que Jesús le envió para que conociera y no tener en cuenta de todo cuanto se le previno para compartirlo a su prójimo.
Por el Espíritu santo una persona escapa de las contaminaciones del mundo por el conocimiento de nuestro Señor y Salvador Jesucristo, pero blasfema si se enreda de nuevo en ellas y es vencida.
Por blasfemar su último estado le viene a ser peor que el primero, pues mejor le habría sido no haber conocido el camino de justicia, que después de conocerlo, volver atrás del santo mandamiento que les fue dado.
A los que blasfeman contra el Espíritu Santo les ocurre del acertado proverbio: «El perro se volvió a su propio vómito; y la puerca lavada, a revolcarse en el cieno».
Blasfemian contra el Espíritu santo los que fueron una vez iluminados, que gustaron del don celestial, que llegaron a ser participantes del Espíritu Santo, que también probaron la buena palabra de Dios y los poderes del mundo venidero, y después con ese conocimiento se regresaron a servirle a Satán.
Blasfemian contra el Espíritu santo los que le involucran en un organigrama diferente del que existe (Jn. 10.30; 1Co. 8.6; Apo. 5. 13; 7. 9-10).
FGuttmann
