Alex:
Me agrada la gente que no es temerosa y que se enfrenta a los hechos.
El engendramiento -no el nacimiento- de Jesús fue obra y responsabilidad del «Viento el sagrado» o del latín del «Espíritu santo».
La «sémina» original del código genético adámico siempre estuvo en el «seno del Padre», y el Padre la dio, la entregó, si me permites el término, «envasada en su luz», al «Viento el sagrado» o del latín del «Espíritu santo», quien actuó en la mujer judía, introduciéndola en el vientre.
FGuttmann