Respuesta a: ¿Existe la trinidad?

Myriam:

¿Qué acciones te serán válidas para impedir lo que comentas, no permitirme, ni a nadie, que se ponga en duda si eres una discípula de Cristo?

Qué bien que lo seas, pero bueno te será que seas ya una sierva o una obrera, después de tanto tiempo de discípula.

La etapa de un creyente debe terminar cuando se compromete a ser un discípulo de alguien o de una institución, pero esa etapa también ha de terminar, para ejercer la vocación.

Si para tí lo que verdaderamente importa es lo que Dios piense de tí, entonces sobra si alguien pone en duda si eres o no discípula de Cristo.

Si para tí lo que verdaderamente importa es lo que Dios piense de tí, entonces sobran esas preguntas, que quién me creo o quién me hizo creer que tengo el derecho de juzgar quién es o quién no es un verdadero discípulo de Cristo.

De todos modos, cualquiera puede percatarse de quién es o no discípulo de alguna persona o institución.

Tú puedes saber quiénes son alumnos («discípulos») de una escuela o universidad.

Te comentaré algo, los discípulos de Jesús son diferentes de los discípulos de CRISTO.

Tú eres una discípula de un mover llamado «cristiano», porque si hubieses resucitado («espiritualmente») ————con Cristo——–, y no bajo cobertura de alguna congregación, entonces estarías buscando las cosas ————-de arriba——–, «donde está Cristo sentado a la diestra de Dios», y por tanto estarías poniendo «la mira en las cosas de arriba, no en las de la tierra«, teniendo en cuenta que has ————-muerto————–, y que tu vida está «escondida con Cristo en Dios» (Col. 3:1-4).

Pero tienes buena disposición, por eso te están guiando a toda verdad.

Se te tiene en cuenta que te entregaste a Jesús, con un corazón verdaderamente arrepentido.

Bien que amas a Dios con todo tu corazón, con toda tu mente, con toda tu alma y con todas tus fuerzas, ello es necesario, pero no te exime de ser una discípula primero del «espíritu de verdad» y con base en los resultados que ha de desarrollar ese «viento de verdad», entonces serás una «discípula» de ese «Cuerpo», de esa entidad, de esa organización, llamada del griego CRISTO.

Muchos son los que claman todos los días a Dios, en el Nombre Santo de Jesucristo, pero haces lo correcto en pedirle que te inunde «con el Poder y la Fuerza de Su Espíritu Santo», considerándote que nada puedes por tí misma.

Eres discípula de Jesús por las razones que expones, porque nada tienes que ver con los religiosos que se creen muy justos y santos y que andan juzgando a la gente con el dedo o porque te has apartado de toda denominación religiosa en donde no se predica el Verdadero Evangelio de Cristo, o porque lo dejas todo en manos de Dios, pues TODO es para Su Gloria y conforme a Su Voluntad, no la nuestra, o porque por predicar el Verdadero Evangelio has recibido amenazas de religiosos que no quieren que la gente sepa la Verdad de Dios, no tu verdad o porque te consideras salva por tu fe en JESUCRISTO.

Considérate salva cuando estés presente en las bodas del cordero, mientras tanto PERSEVERA hasta el fin de tus días, si antes no viene Jesús; ESFUERZATE en entrar por esa puerta angosta, recordando lo que Jesús advirtió, que muchos procurarán entrar pero que no podrán, y no DESCUIDES una salvación tan grande.

Ten siempre presente lo que Pablo nos legó como experiencia: que él de esa manera corría, no como a la ventura; que de esa manera peleó, no como quien golpea el aire, sino que golpeó su cuerpo, y lo puso en servidumbre, para evitar ser eliminado, después de haber sido heraldo para otros (1 Corinthians 9:26 – 10:1).

No cantes tu victoria …

ÉL te dio el derecho a esa salvación, de cara a la condenada que se avecina para este mundo; pero has de perseverar hasta el fin.
Has sido lavada de tus transgresiones heredadas, mediante la Preciosa Sangre de Jesucristo, pero no te consideres no pecadora, porque «si decimos que no hemos pecado, le hacemos a él mentiroso, y su palabra no está en nosotros» (1 Jn 1:10).

Recuerda, que Eva fue más instruida en cuanto a su labor como «ayuda idónea» …

Nunca presumas que no beberás de alguna fuente ni escupas al cielo porque a la cara te puede caer…

FGuttmann.