Silvio Nuñez:
No soy quien dice que los que mueren van a donde Jesús explica y proyecta.
Sabemos de la existencia del «seno de Abraham» por Lucas, ese médico sirio no judío, quien se enteró de ese lugar por sus investigaciones y de ese tema ese varón resalta lo que habló Jesús, no yo.
Bien que notas lo que Pablo dijo a los filipenses en esa carta (Fil. 1.23), en la habló de su deseo de «analysai» (ἀναλῦσαι), traducido como «partir» o «irse», para estar con Cristo, lo cual si lo sopesamos con lo proyectado por Jesús del lugar donde llegaron tanto Lázaro como el rico, ello no indica que ellos están donde está Cristo, porque si Cristo estuviese allí en ese sitio no llevaría ese lugar esos identificativos que les dio Jesús, al uno «sepultado» y el otro el «seno de Abraham» existiendo ambos lugares en el mismo lugar, pero según Jesús, distanciados el uno del otro por esa sima, lo que indica que alli no es el «paraíso» o el «jardín del Edén» donde está Jesús, y la palabra griega «analysai» (ἀναλῦσαι), traducida como «partir» o irse no indica morir, lo cual claramente nos dice que el deseo de Pablo no era morir, sino partir o irse obviamente vivo, con «espíritu», alma y su cuerpo, que incluyen sus huesos y su sangre, donde está Jesús, y Jesús está entre vivos, y su Padre es un «Dios de vivos, no de muertos». Personajes como Henoch y Elías también partieron vivos y allí siguen vivos y el mismo Pablo a ese lugar ese día fue llevado vivo (2Cor. 12.2-5).
FGuttmann.