Respuesta a: Las diez virgenes

#8360
Félix Guttmann
Moderador

Explorador:

No se debe suponer lo que es evidente en cuanto a la procreación de las especies, independientemente de si una de estas, la humana, se encuentra en una situación injusta en el orden cognoscitivo y administrativo, realidad mal enfocada por las perspectivas humanistas, filosóficas, religiosas o místicas.

Te es conveniente, como parte de esta generación del siglo XXI, investigar un poco en el tema de la genética, que no depende de los razonamientos culturales, costumbristas ni humanistas, filosóficos, religiosos o místicos.

Juan en su libro de las revelaciones hace mención de esos 144 mil ISRAELITAS, varones que fueron elegidos para una misión específica al servicio directo de Jesús. Ellos no marcan las pautas ni representan los parámetros para generar una familia. De hecho no la formarán, pero convivirán en medio de innumerables familias.

No esperes que Satán no me estorbe en mis trabajos o en mi misión, porque entonces lo de luchar contra su imperio pasaría a ser una fábula. Satán está en pleno derecho a contradecir, contraponerse, oponerse y luchar, personalmente o con su imperio, contra todo o todos los que se le enfrenten.

Bien específico fue Pablo al advertirle a los seguidores de Jesús que «no tenemos lucha contra sangre y carne, sino contra principados, contra potestades, contra los gobernadores de las tinieblas de este siglo, contra huestes espirituales de maldad en las regiones celestes» y seguidamente da instrucciones que muchos creyentes ni consideran (Ef. 6:12-17 R60).

A sus enviados Jesús les predijo: «Entonces os entregarán a tribulación, y os matarán, y seréis aborrecidos de todas las gentes por causa de mi nombre» (Mat 24:9-10 R60)

«Por eso la sabiduría de Dios también dijo: Les enviaré profetas y apóstoles; y de ellos, a unos matarán y a otros perseguirán» (Luk 11:49 R60)

«Mas seréis entregados aun por vuestros padres, y hermanos, y parientes, y amigos; y matarán a algunos de vosotros; y seréis aborrecidos de todos por causa de mi nombre.
Pero (eternamente) ni un cabello de vuestra cabeza perecerá. Con vuestra paciencia ganaréis vuestras almas» (Luk 21:16-19 R60).

Seguir a Jesús no significa acceder a infinidad de bienes, ni a una mal comprendida prosperidad, como tampoco esperar no enfermar ni padecer por la causa.

Esto es demostración del justo juicio de Dios, para que seáis tenidos por dignos del reino de Dios, por el cual asimismo padecéis (2Th 1:5-8; 1Pe 3:14-17).

Estamos en guerra y nada «espiritual», como algunos tergiversan.

FGuttmann.