Respuesta a: Foro Luz actualizado

Alonso:

Si sirve como referencia, lo de «arribista», para visualizar el perfil de Satán, resultado de haber estado, ese «querub», apostado en esa asamblea o gobierno de monarcas, pues, qué mejor.

En esa perspectiva se puede dilucidar lo acontecido con ese personaje. Viéndose entre monarcas, siendo un “querub”, asimiló la responsabilidad de esos reyes y la combinó con su escuela de formación, lo cual le dio como resultado esos pensamientos que terminaron en una serie de programaciones que solo a siete de 31 monarcas afectaron directamente, comprometiéndolos en su aventura sin retorno.

Ciertamente, el «querub» se hizo un «arribista» que quiso ser como los ELOHIM (la fuente no dice que como «Dios») y con algo que les es propio a los de su rango, los «querubím», la astucia, que obtienen de su escuela, dio rienda prudente a sus elucubraciones motivando tremenda rebelión.

A tu pregunta, si en esta morada donde nada ajusta, y aún así muchos de sus desajustados moradores han encontrado el camino para volver a ajustarse, ello no indica ni da indicios de que Satán o sus seguidores directos se hayan propuesto «volver a ajustarse». Eso en primer lugar, porque tenemos que la decisión que tomaron, el «querub» y los monarcas, junto con algunos de los tantos príncipes y autoridades que armaron ese imperio, les hizo circuncidarse del reino de esos cielos, y por ende de la familia de ese mundo. Tercero, todos ellos, tiempos inmediatos a ese evento, recibieron juicio y fueron desde entonces condenados.

La envergadura y las consecuencias de lo llevado a cabo por esos que armaron ese imperio, no tiene perdón a causa de los irreparables estragos causados en el seno del hasta entonces único mundo existente. Si no pueden regresar al reino de los cielos, eternamente, los 200 «vigilantes» que decidieron seguir sus vidas con las mujeres de la tierra, cortando o circuncidándose del tronco familiar establecido en ese reino, y que aun cuando obviamente causaron estragos, no lo fueron de la magnitud de los que causó y desarrolla ese imperio, mucho menos podrán regresar los causantes de esa insurrección.

El tema de la circuncisión en la carne o en el corazón, el del injerto, así como el de la adopción, para salvación, redención y regeneración, no es extendido a quienes a consciencia se desconectan del tronco que se nutre de la rica savia de ese «olivo», siendo ese «olivo» el reino de los cielos.

En el universo o creación no hay cabida para dos reinos, mucho menos para un imperio, que se diferencia de un reino, y peor si desajusta, desarmoniza y desatiende el único sentimiento de unión o de contacto del Creador con sus creaciones vivientes: el amor.

No hay amor en quienes se circuncidan de esa fuente conformada por el Padre y el Hijo.

FGuttmann.