Respuesta a: Reflexión: Sí resucitaste con Cristo
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Sara Terrones:
Exo. 15: 3 aclara que el nombre «Yehovah» significa «varón de guerra». Entonces es un «varón» dedicado a la guerra.
Las iniciales de las cuatro razas comprometidas en esa guerra, contra el imperio de Satán son YHVH. Esos 4 seres «vivientes» que Juan vio (Rev. 4.6) son los líderes de esas cuatro razas comprometidas en la guerra contra el imperio de Satán, y su nombre de equipo o de «trono» es «Yehovah», y esos cuatro seres «vivientes» no son los que reseña Ezequiel 1:5, aunque esos les representan en esa visita.
En el libro de Dt. 32: 8 dice:
בְּהַנְחֵ֤ל עֶלְיוֹן֙ גּוֹיִ֔ם בְּהַפְרִיד֖וֹ בְּנֵ֣י אָדָ֑ם יַצֵּב֙ גְּבֻלֹ֣ת עַמִּ֔ים לְמִסְפַּ֖ר בְּנֵ֥י יִשְׂרָאֵֽל׃9 כִּ֛י חֵ֥לֶק יְהֹוָ֖ה עַמּ֑וֹ יַעֲקֹ֖ב חֶ֥בֶל נַחֲלָתֽוֹ׃
«Con la herencia del Altísimo a las naciones que dividió a los hijos de Adán, fijó las fronteras de los pueblos según el número de los hijos de Israel, porque parte de Yehovah fue su pueblo Yacob, territorio de su heredad».
«Yehovah» entonces se manifiestó a Israel como su «Altísimo expresado», eso significa «EloaH», singular de «Elohim», y por medio de Moises les entregó las tablas de los mandamientos, sus ordenanzas, sus estatutos, para que fuesen una nación santa y de sacerdotes, de tal manera que si algún israelita no acataba ese designio experimentaría directa o indirectamente castigo, e incluso la muerte.
Por esa manera de llevarlos o de conducirlos Yehovah a los israelitas hacia ese objetivo, ser una nación santa y de sacerdotes, tu opinas que Yehováh no es el Altísimo, pero de todos modos para esa nación lo fue y eso es inalterable opinemos lo que creamos.
Ciertamente, para las congregaciones cristianas ese es «Dios», el «Padre». Es comprensible que en tu escudriñar las Escrituras encuentras confusiones, y para el caso no te es muy claro el lugar que le corresponde a Yehováh, pero tu posición u opinión no alterará lo sucedido ni esa realidad.
Yehovah no pretende tomar el lugar del «Altisimo», sencillamente porque forma parte del «Altísimo». De cara al imperio de Satán, Jesús orando al Padre dejó claro quién es el «único Dios Verdadero».
Para el caso del «Altísimo» o de «Dios», la confusión radica en la educación que tenga la persona en el orden religioso, y si se sustenta en la Biblia sin conocerla realmente, entonces esa confusión empeorará.
Usualmente la persona afirma creer en «Dios», un ser que en realidad no conoce, y en un Jesús que está en la Biblia, más histórico que personal.
Los supuestos teólogos o eruditos cooperan en esa confusión por motivos diferentes, por lo regular porque estudiaron en institutos denominacionales, sean Bautistas, Adventistas, católicos, etc., y aprendieron lo que les enseñaron, pero no cuestionaron algo para no ser reprobados y así poder obtener sus títulos y ganarse el prestigio de su colectividad. Hay entonces teólogos de todas las denominaciones y se suman a los teólogos de otras religiones y ninguno termina conociendo al «Dios» o en los dioses en que dicen creer.
El vocablo «Dios» procede del latín «Deus» y este del griego «Theos» o «theón», no de «Zeús», como otros afirman.
¿Jesús aclara que el Padre es el «único Dios verdadero»? (Jn. 17.3).
La traducción es la que confunde, porque en griego no dice «theos» sino » θεὸν», «theón», algo así como el «gran Dios». En esa perspectiva Jesús lo ubica arriba de «theos» («Dios»).
Existe un organigrama en el reino de los cielos y existe otro que forma el imperio de Satán. Por causa del imperio de Satán hubo necesidad, en el reino de los cielos, de contrarrestarlo, y por ello surgieron dos «tronos», que proyecta Juan (Rev. 4.2 y 4.4).
De cara al imperio de Satán, ambos «tronos» unidos se manifiestan o se expresan como el «Altísimo», solo en el escenario contaminado por la rebelión de Satán. Ambos «tronos» honran al «gran Dios», el Padre, pero esos tronos no son el «Padre», y no son «viento», como lo es el Padre, y no son invisibles, como lo es el Padre.
«Elohím» es un vocablo plural que proyecta a los 24 monarcas que Juan vio (Rev. 4.4) y existen los «elohím ajerím», traducido como «dioses ajenos», cuando dice «Altísimos diferentes», refiriéndose a los siete monarcas que respaldan el imperio de Satán.
«Yehovah» es el nombre de «guerra» de ese colectivo conformado por esos cuatro representantes de las razas comprometidas en esa rebelión y por millones, procedentes de las moradas afectadas por la rebelión se les sujetan, llamados del griego los «ángeles» o mensajeros. Ellos, cuando se presentan, lo hacen en nombre de su colectivo: «Yehovah», y no en sus propios nombres.
En el reino de los cielos existen muchos «dioses» y muchos «señores» y así mismo existe un magno monarca que lidera a todos los demás monarcas que conforman el reino de los cielos. A ese magno monarca Daniel le llamó el «antiguo de días». También existen otros «dioses» y otros «señores» que apoyan a Satán.
«Yehovah» se encargó no solo de los ejércitos para enfrentarse bélica y físicamente al ejército de Satán, llamado el «dragón», sino de levantar una nación sobre la tierra que también le hiciera frente a los ejércitos de Satán apostados en esta tierra.
Quien de esa nación le fallara a «Yehovah» lo sacaban del plan, así fuera muerto, para dejar precedentes.
Jesús vino a presentarnos al Padre, y a que tuviésemos relación de hijos con el Padre. Jesús no vino a presentarnos ni a Yehovah ni a Elohim. Por eso ambos nombres no se encuentran en el llamado «nuevo testamento».
FGuttmann.