Respuesta a: Reflexión: Sí resucitaste con Cristo

Hector:

No existe un «discipulado» especializado en «Liberaciones». Se requiere de comprensión del tema, de ser conscientes del hecho y de actuar como corresponde. Nombrar la sangre de Jesús para atar al «demonio» no es suficiente (Hech. 19:13-17). Evita que se burlen de tí no haciendo lo que no te corresponde (1Co 12:28-1 R60).

Aparte de la oración y del ayuno, esto último instruyó Jesús: «Cuando ayunéis, no seáis austeros, como los hipócritas; porque ellos demudan sus rostros para mostrar a los hombres que ayunan; de cierto os digo que ya tienen su recompensa. Pero tú, cuando ayunes, unge tu cabeza y lava tu rostro, para no mostrar a los hombres que ayunas, sino a tu Padre que está en secreto; y tu Padre que ve en lo secreto te recompensará en público» (Mat 6:16-18 R60).

La «oración», como su nombre lo dice del latín, es conversar y ello debe ser algo constante según la relación y misión del enviado de Jesús.

Lo que Pablo instruyó acerca de «golpear la carne» tiene que ver con perseverar con alcanzar la salvación «Corred de tal manera que lo obtengáis» (…) «Así que, yo de esta manera corro, no como a la ventura; de esta manera peleo, no como quien golpea el aire, sino que golpeo mi cuerpo, y lo pongo en servidumbre, no sea que habiendo sido heraldo para otros, yo mismo venga a ser eliminado.» (1Co 9:24-27 R60)

No es apropiado ni justo tergiversar las instrucciones ni la información que aporta la Biblia y el «viento de verdad».

No es así tan olímpico como las gentes creen que en el nombre de «Jesús» se someten «automáticamente» los vientos inmundos y menos los que están vivos.

Lo que debes hacer, antes de experimentar este tipo de casos, es conocer del tema. Ningún recluta es enviado a la guerra sin antes ser entrenado para actuar como soldado.

Si Jesús ordenó a los suyos HACER DISCIPULOS, lo conveniente es empezar por serlo (Jn. 10).

No es cierto que «abunda en los evangelios» el tema de las posesiones ni de «cosas raras».

Tampoco está «coligado en tomar la cruz que te corresponde», sino tu propia cruz y seguir a Jesús.

Es apenas obvio que si sigues a Jesús es para enfrentarte, con Jesús a esos frentes satánicos (Eph 6:12-17 R60).

No es lo apropiado creer en esos actos circenses de liberación.

Llevar el yugo con Jesús es fácil así como su carga es ligera, pero precisamente por llevar con él su yugo. Ello implica tener la «mente de Cristo», no de alguna de las tantas denominaciones que se precian de ser «cristianas», porque este tema no encaja en lo religioso.

FGuttmann.