Cristy:
Introducir, dar a conocer, llevar la buena noticia adentro y fuera de Judea, a las naciones con tantas creencias religiosas y filosóficas y posiciones no fue ni es ni será una tarea fácil ni cómoda ni llena de retribuciones halagüeñas. Los padecimientos que trata este tema, están directamente relacionados con los innumerables obstáculos que de diferentes formas y matices, colores y olores, surgen del imperio de Satán e incluso del mismo ambiente de quienes dicen ser cristianos, por ello de esa exhortación de Pablo a los creyentes de Efeso, extensiva a todos los cristianos (Ef.4.30-32).
Donde quiera que esté ahora Jesús, obviamente de manera física, acompañado de muchos, está dirigiendo todo un plan complejo con muchas ramificaciones o responsabilidades, que tienen que ver tanto con el desarrollo de su mensaje sobre la Tierra como también con todo aquello que están arriba preparando para llevar a cabo antes y durante el milenio.
Se padece cuando el mensaje verdadero se topa con la incredulidad de las gentes; asimismo al ver a tantas personas neutralizadas y encerradas, engañadas por postulados de hombres que los presentan como «sanas doctrinas»; se padece al ver tanta disposición de las masas por recibir milagros y respuestas a conveniencia, sin atender el compromiso que cada quien debe tener consigo mismo de cara al mismo mensaje que en vez de prosperidad habla de renuncias, para en su día recibir recompensas. Se padece al captar que el interés de los creyentes es por ganar sus efímeras vidas a expensas de perderlas eternamente. Se padece al observar la desunión y el desamor entre quienes dicen seguir al mismo «Dios», al mismo Jesús y supuestamente al mismo «espíritu santo», también al apreciar tantos desaciertos de parte de quienes dicen representar al Padre y al Hijo. Hay muchas más razones que suscitan el padecer de Jesús que llegó a preguntar si a su retorno hallaría FE, o en otras palabras, si los que creen en él o dicen creer realmente visualizan la realidad.
FGuttmann.