Raúl:
Ten en cuenta que esos apartes fueron citados por Elifaz el temanita, no por Job, y están relacionados con la manera de pensar de los «orientales» con respecto del «Dios» que ellos percibían. Sus percepciones o creencias no del todo coinciden con la realidad porque es un hecho que el «Dios» de Abraham, de Itzaac y de Jacob no «libra de la espada al pobre» ni «de la boca de los impíos» ni «de la mano violenta», aun cuando el «el menesteroso» tenga «esperanza». Es un hecho que «la iniquidad» no «cierra su boca.»
De cara a la condenación es evidente que puede considerarse «bienaventurado» aquel hombre a quien Dios discipline, le haga ver su camino; por tanto, se le recomienda que «no menosprecie la corrección del Todopoderoso» con base en que «Él es quien hace la llaga» o herida o llamado de atención a quien disciplina, es decir, le confronta de cara a sus acciones, y que «Él la vendará» o sanará a quien le acepte su corrección. Él «hiere» o afecta como lo considere a quien está corrigiendo y sus manos curan a quien le acepta su corrección.
En la creencia oriental de esas latitudes, ellos creían que quienes estaban atribulados e invocaban a «Dios», a la sexta tribulación eran liberados y al llegar la séptima que les correspondía, esta ya no tenía efecto (Job 5:15-19 RVG).
En la mentalidad «medio oriental» se enseñaba que quien tenía a menos la disciplina, menospreciaba su alma; pero que quien escuchaba la corrección, demostraba tener tener entendimiento (…) (Pro 15:32-1 RVG).
FGuttmann.