¿Ángeles o Demonios?

Juan Carlos:
Con relación a la trinidad romana hay suficiente material en esta web e incluso en internet para investigar.
Mientras que la trinidad no la demuestra la Biblia como organigrama, a cambio si nos muestra dos organigramas en Apo. 4.
De estos organigramas no se pronuncian las denominaciones cristianas.
Demás, aunque si lo consideren, estas denominaciones no necesariamente representan o son voceras de lo que la Biblia informa.
Bien lo ha resaltado, que «todas describen dogmas de fe romanos» que surgieron de esos personajes que resalta, quienes no son necesariamente representantes ni voceros de la verdad.
FGuttmann

Alejo:
Los seguidores de Jesús han de «juzgar» a los mensajeros que han de ser juzgados, y ello indica que no serán entonces juzgados los mensajeros del Altísimo.
Satán también tiene mensajeros.
Los «santos» o los «sanos», los que no estén contaminados con los intereses de Satán, en ese milenio con Jesús juzgarán las cosas de este mundo y este mundo actual, y lo harán durante ese milenio cuando Jesús reinará «con vara de hierro».
Juzgar es ubicar las cosas donde y como corresponde.
Al momento, quienes no estén detrás de los valores de Satán, sino de los objetivos de Jesús, bien pueden juzgar esas «cosas muy pequeñas» que se les atraviesan en su caminar y servicio a los demás, de cara a las grandes que han de enfrentar a partir del regreso de Jesús.
El seguidor de Jesús, si algo tiene que juzgar, es decir, que ubicar, que establecer, que determinar, que lo haga entonces con «justa apreciación».
FGuttmann.

Juan Carlos:
La fuente hebrea no hace referencia a ese lugar llamado «Tiro», sino a «Tzor» que en arameo significa el «Opositor».
Yehovah envió al profeta Ezequiel a levantarle «endechas» (advertencias) a Satán de dos maneras diferentes y en dos ocasiones también diferentes, una en su condición de cuando se identificó como un «príncipe» y la otra cuando se identificó como «rey».
FGuttmann.

Alex:
En ese organigrama de la antigua Grecia, regentada por esos tales «dioses», sus gentes estaban «situadas» debajo, alrededor y a ciertas distancias de esos montes donde estaban residiendo esos tales «dioses».
Las demás civilizaciones o pueblos o naciones, aparte de esos griegos, que no dependían de esos «dioses» del Olympo, llevaban sus vidas según sus otros «dioses» o creencias.
Independientemente de la manera de ser de Satán y de su manera de actuar y de su organización, existieron ———–solo en la vida de esos griegos——- aquellos griegos del común que hicieron de mensajeros entre esos «dioses» y las gentes del común de esa antigua griega. Se les llamó los «daimones». Hubo, entre esos mensajeros unos «daimones» que se caracterizaron por traer noticias buenas de parte de esos «dioses» y los hubo que se caracterizaron por traer noticias desagradables de parte de esos «dioses». Esas características no tienen algo que ver con Satán. Ello sucedió en esa Grecia antigua.
De esa historia, miles de años después, apareció Sócrates quien se dio a la tarea de «unificar» los conceptos que tenían los griegos acerca de los «daimones» y de su influencia quedó plasmado que todos los «daimones» son «malos», pero eso fue el resultado de las gestiones de ese varón, llamado Sócrates.
De esa influencia «socrática» se sustentó el imperio político romano para estigmatizar a los «espíritus», según ese imperio MALOS, a los que llamó, del griego, no del latín, los «demonios».
En esa vivencia de esa Grecia antigua, los griegos del común que hacian de mensajeros solo entre los «dioses» del Olympo, se les llamó «ángeles», pero sin la connotación que se les identifica en la actualidad que surgió del manejo del imperio católico romano, que se aprovechó de lo griego para influenciar a sus súbditos latinos o de su imperio.
La labor de los «daimones» no fue la labor de los «ángeles» en esa antigua cultura griega.
FGuttmann.

Yanina:
El ser del linaje del Altísimo está conformado por tres cosas: su «viento» (gr. «pneuma»; latín: «espíritu»), su «ánima» (lat. «ánima») y su CUERPO.
El «viento» o «pneuma» o «espíritu» del ADAMICO («hombre») procede directamente del Creador y tiene relación directa con el Creador, por ello es creador (Sal. 82.6; Jn. 10.34-35).
Quien llamamos «Satán» («Adversario») pertenece al mismo código genético al cual pertenece Jesús y nosotros, por tanto también tiene «viento» (gr. «pneuma»; latín: «espíritu»), su «ánima» (lat. «ánima») y su CUERPO.
Ubicarlo nos es tan dificil como ubicar ahora al presidente de Estados Unidos, pero sabemos o creemos que está en Washington, de esa manera podemos especular que Satán puede estar en cualquiera de los siete planetas que se le sujetan sin establecer exactamente en qué parte está, en el planeta que se encuentre.
Satán no es ningun «viento» o del latín «espíritu», porque estos «no tienen carne ni huesos» (Lc. 24.39-43).
Los «demonios» o los «daimones» eran aquellos griegos del común que hacian de mensajeros entre los «dioses griegos» y la gente del común.
La voz «diabolos» significa «fiscalizador» o «acusador».
FGuttmann.

Khiryu:
Ambos términos son griegos, «ángel» y «demonio», el primero solo significa «mensajero». Era un oficio el de mensajería que griegos del común haciían entre sus «dioses» del Olympo y el segundo, «daimón», también significa «mensajero» y como oficio lo hacían también griegos del común pero entre los «dioses» y el pueblo.
El imperio político religioso romano manejó esos vocablos al punto que la mente religiosa los acopla a seres «inmateriales» o etéreos.
Mensajeros del Altísimo descendían a ese estanque cada cierto tiempo a estimular sanaciones.
FGuttmann.

José Luis:
Judas 1.6 hace referencia ciertamente a los 200 mensajeros que no guardaron su «dignidad», la de ser «vigilantes» sobre esta tierra. Ellos, sin embargo, no tienen ninguna relación con Satán, aunque su decisión de quedarse en La Tierra con esas mujeres alteró pero la situación, sobre todo en esa zona donde sus hijos hicieron desastres al punto que motivaron el famoso diluvio. Enoch te explica acerca de ellos.
FGuttmann.