Raúl:
Interesante juego de palabras manejó este enviado de Jesús al combinar en el imperio romano esa información de arriba con la justicia romana.
«Sométase toda persona a las ————autoridades superiores——–; porque no hay autoridad ———sino de parte de Dios——-, y las que hay, por Dios han sido establecidas».
Obviamente esas «autoridades superiores» romanas no fueron establecidas por Dios, por tanto este varón hizo referencia a las «superiores» del celeste que sí son establecidas por «Dios», y lo ratifica, «porque no hay autoridad ———sino de parte de Dios——-, y las que hay, por Dios han sido establecidas».
«De modo que quien se opone a la autoridad», establecida por Dios, «a lo establecido por Dios resiste; y los que resisten, acarrean condenación para sí mismos» así como en ese imperio romano «los magistrados» no estaban para infundir temor al que hacía el bien, sino al malo.
Con respecto al reino de los cielos exhortó a los creyentes romanos: «¿Quieres, pues, no temer la autoridad? Haz lo bueno, y tendrás ———–alabanza——– de ella; porque es servidor de Dios para tu bien. Pero si haces lo malo, teme; porque no en vano lleva la espada, pues es servidor de Dios, vengador para castigar al que hace lo malo.»
«Por lo cual es necesario estarle sujetos, no solamente por razón del castigo, sino también por causa de la conciencia» y dándoles ejemplo del imperio romano les dijo: «Pues por esto pagáis también los tributos» y en cuanto al reino de los cielos les dijo: «porque son servidores de Dios que atienden continuamente a esto mismo» (Rom 13:1-6 R60)
Y Judas a esas autoridades se refirió también, a las del reino de los cielos: «No obstante, de la misma manera también estos soñadores mancillan la carne, ———–rechazan la autoridad y blasfeman de las potestades superiores» (Jud 1:8 R60).
FGuttmann