Shalom. El tema está basado en planteamientos de Raúl Ignacio Gómez
Los apóstoles usaron el término griego “Jristos” -cristos- (Cristo) para referirse al Mesías como el cristal perfecto ¨desde el cual existe verdadera conexión con Dios.
Los cristales son la formación más perfecta de la geometría de la materia, y son precursores de la vida. Un cristal de cuarzo puede ramificarse formando extensiones del cristal en direcciones distintas lo cual puede considerarse como una manifestación de vida.
Según algunas reflexiones científicas los primeros estados de la vida debieron ser “cristalinos”, ya que un cristal puede contener tanta información incluso de la geología y de los procesos geológicos, que se ha demostrado que las primeras moléculas que se replicaron (engendraron copias de sí mismas) fueron formaciones cristalinas. El 90 % de la corteza terrestre está constituido por minerales de estructura cristalina; óxidos de sílice dispuestos de manera geométrica, ordenados por lo menos en diez sistemas cristalinos que parecen reproducir infinitamente la forma geométrica que conocemos como “estrella de David”.
En el pectoral del sumo sacerdote, quien se comunicaba con Dios, estaban dispuestas doce piedras preciosas (cristales perfectos) en grupos de tres. A su vez el trono que preside la asamblea del Altísimo es descrito con los resplandores de la esmeralda. El muro de la Jerusalén celestial es en diamante, y sus fundamentos son doce piedras preciosas porque está edificada sobre la firmeza, la santidad, y la belleza.
Según las Escrituras cuando Salomón edificó el templo le revistió de piedras preciosas para hermosura. Pablo aclaró que a través de los apóstoles, quienes son arquitectos colaboradores de Dios, se nos puso un fundamento el cual es Jesucristo:
1Corintios 3.12,13 Y si sobre este fundamento alguno edificare oro, plata, piedras preciosas, madera, heno, hojarasca, la obra de cada uno se hará manifiesta; porque el día la declarará, pues por el fuego será revelada; y la obra de cada uno cuál sea, el fuego la probará.
Los hombres son imagen espiritual de Dios y son réplicas del logos Divino, el cual es Cristo. Réplicas desvirtuadas por una antigua transgresión que contaminó la creación. Así como Cristo es la Roca resplandeciente, los discípulos de su congregación deben prepararse para edificar su iglesia como piedras vivas que llevan su fortaleza y su resplandor; así serán su esposa la cual formará un solo cuerpo con Él, y gobernarán con justicia en la restitución.
Al que venciere, daré a comer del maná escondido, y le daré una piedrecita blanca [gr. leukos; iluminada, brillante]