El estado de los Muertos.

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  • #12270
    Alberto
    Participante

    Maestro Felix, comparto todas sus enseñanzas, vengo siguiendolo hace mucho tiempo, y queria pedirle ayuda con relacion al tema del estado de los muertos, cuando comparti lo que conosco, salio con estos textos biblicos y porfavor si me puede ayudar seria genial. El estado de los muertos
    “Porque los que viven saben que han de morir; pero los muertos nada saben, ni tienen más paga; porque su memoria es puesta en olvido” (Eclesiastés 9:5)
    • “Nuestro amigo Lázaro se ha quedado dormido; mas voy para despertarle” (Juan 11:11)
    • “Pues ahora estaría yo muerto, y reposaría; dormiría, y entonces tendría descanso” (Job 3:13)
    • “Así el hombre yace y no vuelve a levantarse; hasta que no haya cielo, no despertarán, ni se levantarán de
    su sueño” (Job 14:12)
    • “Alumbra mis ojos, para que no duerma de muerte” (Salmo 13:3)
    • “Duerman eterno sueño y no despierten”
    (Jeremías 51:39)
    • “Muchos de los que duermen en el polvo de la tierra serán despertados” (Daniel 12:2)
    “LA MUERTE ES UN ESTADO DE INCONSCIENCIA”
    • “Los muertos nada saben, ni tienen más paga; porque su memoria es puesta en olvido” “Su amor y su odio y su envidia fenecieron ya; y nunca más tendrán parte en todo lo que se hace debajo del sol” (Eclesiastés 9:5,6)
    • “En el Seol, adonde vas, no hay obra, ni trabajo, ni ciencia, ni sabiduría” (Eclesiastés 9:10)
    • “No alabarán los muertos a JAH, ni cuantos descienden al silencio” (Salmos 115:17)
    • “Pues sale su aliento, y vuelve a la tierra; en ese mismo día perecen sus pensamientos” (Salmos 146:4)
    “LA MUERTE ES UN ESTADO DE INACTIVIDAD”

    espero su pronta respuesta

    #12273
    Félix Guttmann
    Moderador

    Alberto:

    “Porque los que viven saben que han de morir; pero los muertos nada saben, ni tienen más paga; porque su memoria es puesta en olvido” (Eclesiastés 9:5)

    Aun cuando los que vivimos sabemos que hemos de morir sin embargo las mayorías viven como si jamás fueran a morir.

    Ciertamente, los muertos allí donde van nada saben» acerca de todo lo que sigue aconteciendo en el hábitat donde conocieron de la vida, «ni tienen más paga», porque donde yacen no trabajan ni interactúan y porque «su memoria es puesta en olvido”.
    En términos generales la «memoria» o los registros de la vida de cada fallecido entra en proceso de «olvido» porque las siguientes generaciones también van falleciendo, sin embargo pero hay excepciones y son aquellas vidas que son inmortalizadas.

    La muerte es una separación, tanto del hombre de su Creador, como del hombre con su hábitat al abandonar su cuerpo, no obstante, Jesús enseñó que la vida continúa para todos los fallecidos y continúa en ese lugar al que los israelitas llaman el «Sheol» y los griegos el «Hades».

    Jesús aclaró que ese lugar está dividido en dos: a un lado acceden los que consideran «sepultados» y al otro lado lo llamó el «seno de Abraham».

    Las personas que «nacen de nuevo» en «Cristo» no vuelven a morir, es decir, que por haber «nacido de nuevo» y estar en «Cristo», aunque fallezcan no serán separadas (muertas) ni del Padre ni del Hijo. No serán consideradas «sepultadas».

    • “Nuestro amigo Lázaro se ha quedado dormido; mas voy para despertarle” (Juan 11:11)

    » Y él os dio vida a vosotros, cuando estabais muertos en vuestros delitos y pecados,
    en los cuales anduvisteis en otro tiempo, siguiendo la corriente de este mundo, conforme al príncipe de la potestad del aire, el espíritu que ahora opera en los hijos de desobediencia, entre los cuales también todos nosotros vivimos en otro tiempo en los deseos de nuestra carne, haciendo la voluntad de la carne y de los pensamientos, y éramos por naturaleza hijos de ira, lo mismo que los demás. Pero Dios, que es rico en misericordia, por su gran amor con que nos amó, aun estando nosotros muertos en pecados, nos dio vida juntamente con Cristo (por gracia sois salvos), y juntamente con él nos resucitó, y asimismo nos hizo sentar en los lugares celestiales con Cristo Jesús (…) «(Eph 2:1-6 R60).

    Luc. 16.20-31.

    FGuttmann.

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