El plan de Elohim para los últimos días

Alejandro:

Lo contrario: 7 reyes de los 31 que Satán logró «tentar» le siguen.

Con nuestra morada son ocho los planetas afectados y que viven en la «tiniebla».

Jesús pagó el precio por todos los que no acepten a Satán, estén donde estén.

El plan de Elohím y la intervención del Yehovah y del «Viento sagrado» incluyen a todos los que están bajo ese imperio.

Todo inició en nuestra morada, por eso todo ha de centrarse aquí con efecto dominó u onda expansiva a esos lugares afectados.

FGuttmann

Luis Ricardo:

Todos los COMENTARIOS están a disposición en estas secciones.

Cordial saludo.

FGuttmann.

Leslie:

Te has dejado influenciar por los guionistas cinematográficos que han exhibido películas, para el caso sobre Jesús y otros personajes del acontecer «bíblico», ciertamente desatinadas y ajenas en muchos apartes a la realidad.
Las razones por las cuales han presentado esos guiones que comentas son variadas, aunque el objetivo esencial de la mayoría de los productores ha sido producir dinero y levantar un imperio donde rebosen escalas de valores contradictorias.
Siendo conscientes de ello no tiene presentación que nos dejemos apabullar por ese hecho.
No tiene sentido que te sientas culpable de algo que en nada dependió de tí.
En cuanto a Yehovah, no es desenfocada su actividad, en muchos casos puntuales ciertamente un tanto desproporcionada e incluso cruel, sobre todo para con aquellos extremadamente desobedientes y opositores al plan de las Alturas.
Si la Biblia, que es el único texto que hace referencia a Yehovah, lo exhibe cruel, y que advierte de su ira y de su venganza, entre otras facetas, ello tiene su razón de ser de cara a la problemática que nos engloba, y máxime si en esa problemática actúan personajes, imperios, poderes, y tantos asuntos que muchos no quieren ni ver de lejos.
El tema de Yehovah no sirve para un guión romántico ni sentimental.
Nuestra realidad es cruel, sin duda alguna.
El acontecer que nos es propio es en si mismo muy injusto, cruel, desproporcionado y doloroso.
Hemos sido engendrados y nacido en un mundo fuera de toda concepción justa y armoniosa y lo que le rige no atina en lo mínimo con lo que entendemos como «Dios», sobre todo en aquellas latitudes que
creen en la existencia de un solo Dios, sin desatender que los Islámicos también creen en un solo Dios y algo dice que no se trata del mismo Dios que conceptuamos como el Padre de Jesús.
Son muchísimas las creencias religiosas y espiritualistas, incluso místicas, y todas se erigen como la verdad.
Frente a esa realidad, nada cambiará por más idealistas o sentimentalistas que seamos.
Nos corresponde ser sensatos.
«Al pan, pan, y al vino, vino».
Nos corresponde agarrar al toro por los cachos porque no nos es viable ponerle cachos al toro.
Si no has aceptado a Jesús, ello no alterará la realidad que nos abraza.
Al respecto solo tú responderás por ello.
Aceptar a Jesús y no obedecerle es peor.
Si en el fondo de tu ser sientes lo que comentas, añoranza y tristeza, cuando hablas, buscas e investigas acerca de JESÚS, ello deberás sopesarlo con tu almohada, o con tu corazón,
porque supongo que estás caminando sobre una edad que no te facilita la inmadurez.
Aunque aceptes a Dios o a Jesús, o a ambos, solo por amor y no por miedo, de todos modos no podrás alterar la realidad ni obviar la responsabilidad que conlleva hacer esa aceptación.
Nos corresponde aceptar las cosas como son.
De otra manera, ¿qué exactamente aceptamos?
Cosas sucederán en donde está el hacedor de la maldad, y no serán hermosas.
Cosas acontecerán donde vibre y pululen las consecuencias de esa nefasta rebelión.
Nada de ello dependerá de nosotros.
De nosotros solo dependerá salvarnos de eso que se avecina y si el miedo no nos motiva, por saber de ello, entonces, ¿qué nos motivará?
Si siempre le has pedido a Dios no pertenecer a alguna religión, pues, ¿qué te impulsaría a pertenecer a alguna de las que existen, si eres consciente del activar de las religiones?
Quieres conocer a Dios tal cual como es.
¿Tienes la mente «abierta» para asimilar esa realidad?
Dios es amor, y si ves a Jesús, pues, ves a Dios, porque Jesús es la expresión en carne del amor del Padre.
Nadie de los mortales accede al Padre, a menos que siga a Jesús.
Así de simple.
Y esa realidad no ajusta con alguna posición religiosa ni mística o espiritualista.
¿Cómo te has imaginado a Dios?
Si en algo atinaras, entonces no necesitarías de Jesús.
Te imaginas a Dios «lleno de amor, comprensión justicia y bondad», y aunque así se expresa tu Padre, ¿cómo accederás a El y a sus expresiones sin alguien que te lleve a El y a ellas?
Tu posición idealista y contemplativa no contrarresta la realidad que debes asumir.
Tenemos lucha, estamos en guerra (!) contra Satán y sus impresionantes organizaciones que le secundan, y lo contemplativo e idealista actúa como la sonrisa de un bebé frente a un terremoto.
Aceptas que Dios es el creador de todo, pero la realidad te demuestra que esa verdad, que Dios es el creador de todo, se enfrenta a una realidad que también forma parte de esa verdad.
Dios no destruye lo que ha creado. Dios no transforma las cosas malas. Dios no cuenta con los inmaduros. Si Dios transformara las cosas malas, ¿cómo nos enteraríamos de lo acontecido que ha trastornado su armoniosa creación?
Criar a los hijos en burbujas no es criarlos, es mal criarlos.
Enfrenta la realidad y participa en ella.
Tu sueño y anhelo, la transformación de todo lo malo en bueno, sucederá ciertamente, pero con base en el activar de esa «vara de hierro» que se dejará sentir, liderada por Jesús.
En ella debes participar.
Si día a día aprecias que tus sueños solo son sueños, entonces … deja de soñar y actúa.
Quieres saber qué hacer para salvar a tu familia y a toda la humanidad.
Si no empiezas salvándote a tí misma, dudo que logres lo demás.
Si eres consciente que estás en una burbuja de ilusiones, ¿cómo podrás levantar hijos que han de enfrentarse a este mundo, nada idílico?
Si quieres saber qué hacer exactamente, pues, empieza por aterrizar, seguidamente sentir que tus pies pisan este terreno, lleno de cosas terrenales.
Dios envió a su hijo para salvarnos, pero quienes se quieran salvar han de seguir a Jesús y Jesús no viene a traer paz a esta tierra, sino espada, orden, disciplina.
Si Yehovah ordenó que el mensajero de la muerte diera muerte a los hijos primogénitos de la casta pudiente y sacerdotal egipcia, ello se debió a que el sistema satánico regentaba ese imperio.
Nunca ordenó a Moisés lo que has mal comprendido.
A Yehovah no le han agradado los sacrificios humanos, por ello exigió los sacrificios de animales.
Este tema no se explica con dos palabras.
Te sugiero que pasees por esta web, que sopeses la información integral aportada, y que luego te vincúles a la ACADEMIA INTERNACIONAL DE ESTUDIOS BIBLICOS DE CAMINO LUZ.
Cordial saludo.
FGuttmann