¿Existe la trinidad?

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  • #7003
    Félix Guttmann
    Moderador

    Unos de los temas mas promulgados por la religión es el de la trinidad
    [See the full post at: http://www.caminoluz.org/estudios-biblicos/nivel-secundario/existe-la-trinidad/%5D

    #7004
    Fernando Rincon Zabala
    Invitado

    Gracias, por estas ensenanzas Biblicas. Yo fui estudiante de siete universidades teologias,pastorie y fui missionero en otros paises. Se, que esta’encenando, con la Santa Biblia solamente! Cualquir otra ensenanza, de otros libros, es un dublicado del catecismo Romano.

    #7005
    Adrian
    Invitado

    LA trinidad es una mentira puesta por el ROMANISMO para camuflar la doctrina que ellos teniana antes de aceptar al Cristianismo como una religion Catolica(Universal) dentro del Romanismo vemos muchas similitudas entre Su diosa y Dioses ademas de cada festival como el 25 de diciembre y otros tantos que son para confundir a las masas.
    el credo de atanasio fue adoptado por los cristianos de esa epoca como la carta magna de su fe haciendo mentirozo al mismo Jesus que DECIA que la vida eterna era que CONOCIERAN AL UNICO DIOS VERDADERO Y A SU HIJO QUIEN EL (PADRE) HABIA ENVIADO, ademas de poner en ridiculo lo que el apostol pablo habla UN DIOS (EL PADRE) UN SENOR ( SU HIJO) UNA FE UN BAUTISO.
    Una mentira repetida mil veces se combierte en una verdad… ABRAMOS NUESTOS OJOS PARA VER EL REINO DE DIOS QUE PRONTO ESTA POR LLEGAR.
    BENDICIONES!!!!

    #7006
    Luis
    Invitado

    El que no honra al hijo, NO HONRA AL PADRE, jesus dijo: yo soy el alfa y omega, jesus se dejaba adorar, el mundo por el fue hecho, y a lo suyo(su creacion) vino y los suyos no le recibieron, jesus dijo, el que me vio a mi, ah visto al padre, entiende que jesus se nego a si mismo y se hizo semejante a un siervo, por eso oraba a Dios.

    #7007
    Texoki
    Invitado

    Puedes blasfemar contra Dios y te sera perdonado, si te arrepientes.
    Puedes blasfemar contra Jesus y te sera perdonado, si te arrepientes.
    Pero si blasfemas contra el Espiritu Santo …….
    .
    Hechos 5
    :3 Y dijo Pedro: Ananías, ¿por qué llenó Satanás tu corazón para que mintieses al Espíritu Santo, y sustrajeses del precio de la heredad?
    :4 Reteniéndola, ¿no se te quedaba a ti? y vendida, ¿no estaba en tu poder? ¿Por qué pusiste esto en tu corazón? No has mentido a los hombres, sino a Dios.

    Mentir al Espiritu Santo, es mentir a Dios.

    #7008
    esteban huerta mendez
    Invitado

    Escuche el tema que ustedes presentan conocida con el tema ¿Existe la Trinidad?
    Estoy sorprendido de sus «explicaciones» que estan dando cuando hablan tratando de «refutar» la doctrina de la Trinidad.
    No estoy de acuerdo con sus explicaciones con que ustedes tratan de denigrar la doctrina de la Trinidad. ustedes dicen que dicha doctrina proviene de la iglesia catolica, lo que realmente es falso, la doctrina de la trinidad no proviene de la iglesia catolica, ni de ninguna otra doctrina humana sino de Dios revelado en las Sagradas Escrituras. son falsas sus preposiciones y falsas sus argunmentos ya basta con atacar la Padre, al Hijo y al Espiritu Santo.
    Para empezar la doctrina de la Trinidad aparece en la totalidad de las Sagradas Escrituras y no en ciertos «versiculos» en que ustedes se apoyan. si bien es cierto que en algunos pasajes aparece una «dualidad», es decir; cuando una de las personas de la Deidad habla de alguna de las otras,sin embargo, en todas las Escrituras hablan de las tres Personas de la Deidad desde genesis hasta apocalipsis, la Biblia es un conjunmto de doctrinas que estan afirmadadas, sin embargo necesitamos conjugar como un todo no con unos «cuantos» versiculos», como ustedes lo hacen. me doy cuenta que tienen una mala interpretacion de la Biblia, y una falsa teologia, necesitan estudiar desde el punto exegetico, desde su raiz etimologica de el idioma original hebreo y griego.Es cierto que la palabra «trinidad» no existe en la sagradas escrituras, pero tampoco la palabra «biblia» pero ¿porque entonces la usamos?.
    Quisiera primero darles entender que mi intencion no es ofenderlos, sino aclarar lo que se debe aclarar con la Palabra de Dios.

    Desearía, no obstante, y aunque sea brevemente, hacer algunas referencias a esta doctrina, no ya en los aspectos parciales de la divinidad plena del Hijo y del Espíritu Santo, sino en los de la vinculación de las tres personas en el texto bíblico. A esta cuestión, aunque sea someramente, dedicaremos las páginas siguientes.

    l. La prefiguración de la doctrina de la Trinidad en el AT

    Resulta evidente que la manifestación plena de la doctrina de la Trinidad se encuentra en el Nuevo Testamento. No obstante, el Antiguo parece contener algunas prefiguraciones de la pluralidad de personas dentro de la divinidad que fueron señaladas por los primeros cristianos y que constituyeron un auténtico quebradero de cabeza para sus oponentes judíos. Veamos alguno de estos textos: «Y Dios pasó a decir: Hagamos al hombre a nuestra imagen, según nuestra semejanza… Y Dios procedió a crear al hombre a su imagen, a la imagen de Dios lo creó» (Gén 1,26-27) (VNM). «Y Jehová Dios pasó a decir: Mira que el hombre ha llegado a ser como uno de nosotros al conocer lo bueno y lo malo» (Gén 3,22). «Y Jehová procedió a bajar para ver la ciudad y la torre que los hijos de los hombres habían edificado. A continuación dijo Jehová: Mira, son un solo pueblo y hay un solo lenguaje para todos ellos, y esto es lo que comienzan a hacer. Pues ahora no hay nada que tengan pensado hacer que no les sea posible lograr. Vamos. Bajemos y confundamos allí su lenguaje para que no escuche el uno el lenguaje del otro. Por consiguiente, Jehová los esparció desde allí sobre toda la superficie de la tierra, y poco a poco dejaron de edificar la ciudad» (Gén 11,5-9) (VNM). «Y empecé a oír la voz de Jehová que decía: ¿A quién enviaremos y quién irá por nosotros? Y yo procedí a decir: Aquí estoy yo. Envíame a mí» (Is 6,8) (VNM).

    Todos estos pasajes fueron interpretados por los primeros cristianos como prueba irrefutable de que el Antiguo Testamento ya hacía referencia a la pluralidad de personas que hay en Dios. Prueba de que fue así es que el Talmud y otros escritos teológicos judíos registran la manera en que los rabinos judíos intentaron desvirtuar su contenido para así negar la posibilidad de que Dios fuera una Trinidad. Así, por ejemplo, leemos en Gen. R., VIII, 9: «R. Simlai dijo: En todo lugar donde encontréis un texto que es utilizado por los minim [Uno de los nombres despectivos con que se califica a los cristianos (y otros herejes) en la literatura judía. El decreto contra los minim, anterior, en nuestra opinión, al año 70 d.C., implicó la excomunión generalizada de todos los judeo- cristianos que aún seguían conectados con el judaísmo.] en apoyo de sus opiniones, encontrarais la refutación al lado. Volvieron y le preguntaron: ¿Qué pasa con lo que está escrito: Hagamos al hombre a nuestra imagen, según nuestra semejanza? Él contestó: Leed lo que sigue; no se dice: Y dioses creó al hombre a su imagen, sino Dios creó al hombre a su propia imagen. Cuando se hubieron marchado, sus discípulos le dijeron: Te los has quitado de encima con una tontería; ¿qué respuesta nos darás a nosotros? Él les dijo: En el pasado Adán fue creado del polvo de la tierra, y Eva fue creada de Adán. Por eso es a nuestra imagen, según nuestra semejanza; queriendo dar a entender que el hombre no puede llegar a existir sin la mujer, ni la mujer sin el hombre, ni ninguno de ellos sin la Shejinah».

    El texto es sumamente revelador por varias razones. La primera, porque se alude al hecho de que los primeros cristianos (y al tratarse aquí de cristianos judíos debe ser una época muy temprana) creían en la Trinidad y trataban de demostrársela a los judíos apelando a textos del Antiguo Testamento como los que yo he señalado arriba. La segunda, porque queda claro que el mismo judaísmo rabínico no sabía muy bien cómo refutar a los cristianos primitivos y tenía que recurrir para ello a respuestas alambicadas. La tercera, porque pone de manifiesto que la única manera de negar la Trinidad consiste en forjar una caricatura de ella que la equipare con el politeísmo (lo que no es), exponiéndola al ridículo. Tal ha sido hasta ahora la táctica del rabinismo talmúdico, del racionalismo y del islamismo. En ninguno de los tres casos parece, sin embargo, que llegue a entenderse lo que implica este dogma.

    Otra muestra de hasta qué grado debió impresionar al judaísmo rabínico la creencia trinitaria de los primeros cristianos la tenemos en la afirmación, contenida en los Principios de Fe del judaísmo, de que Dios es una unidad (clara contraposición a Trinidad). Debe notarse, sin embargo, que la palabra que se usa en los Principios de Fe en hebreo para decir «unidad» es yajid. Esto implica un cambio sustancial sobre el término hebreo que se utiliza al decir que Dios es uno en, por ejemplo, Dt 6,4. Allí el término empleado es ejad. ¿A qué se debe este cambio? A nuestro juicio, la idea es clara: ejad aparece en el Antiguo Testamento en multitud de ocasiones como «uno»; pero no «uno simple», sino «uno formado por varios». Citemos algunos ejemplos: «Por eso el hombre dejará a su padre y a su madre, y tiene que adherirse a su esposa, y tienen que llegar a ser una sola carne» (Gén 2,24) (VNM). «Ahora bien, toda la tierra continuaba siendo de un solo lenguaje y de un solo conjunto de palabras» (Gén 11,1) (VNM). «Son un solo pueblo y hay un solo lenguaje para todos ellos» (Gén 11,6) (VNM). «Y haz que se acerque el uno al otro hasta formar un solo palo para ti, y realmente llegarán a ser uno solo en tu mano» (Ez 37,17).

    En todos los casos precedentes la palabra hebrea que aparece es ejad, pero conserva la idea de «uno formado por varios»: un matrimonio formado por un hombre y una mujer, una lengua que hablan varios, un solo pueblo formado por todos los hombres, etc.

    El judaísmo poscristiano no podía negar que había referencias en el Antiguo Testamento susceptibles de servir de argumento en favor de la Trinidad (igual que de apoyar la idea de que el mesías sería un siervo sufriente) y fue reinterpretando los pasajes para evitar su utilización apologética por los cristianos primitivos. No obstante, como vimos arriba, esa reinterpretación distó mucho de ser sólida. Así, por citar sólo un ejemplo, el mismo término «Dios» en hebreo es Elohim, que significa literalmente «dioses»; y, aunque generalmente lleva el verbo en singular, en repetidas ocasiones éste va también en plural; v.gr.: Gén 20,13; 35,7, etc. No sólo eso; también en repetidas ocasiones el adjetivo calificativo que acompaña a Elohim, aunque se traduzca como singular, es plural; v.gr.: Dt 4,7, Jos 24,19, etc.

    No es de extrañar por ello que brotes seculares de esta consciencia hayan aparecido, acá y allá, en la literatura judía de todos los tiempos como vestigios de la época en que, no habiendo aún aparecido el cristianismo, no había por qué oponerse ferozmente a la idea de la divinidad del mesías o del Dios plural. Quisiera concluir este apartado con una cita al respecto tomada del Zohar, uno de los clásicos de la literatura de espiritualidad judía:

    «Escucha, oh Israel: Yahveh nuestro Dios, Yahveh es uno. ¿Por qué hay necesidad de mencionar el nombre de Dios en este versículo? El primer Jehová es el Padre de arriba. El segundo es la descendencia de Jesé, el mesías que vendrá de la familia de Jesé pasando por David. Y el tercero es el Camino que está debajo (es decir, el Espíritu Santo, que nos muestra el camino), y estos tres son uno».

    Difícilmente un autor trinitaria lo hubiera podido expresar mejor.

    2. Las referencias trinitarias en el NT

    Por todo lo que hemos visto en las páginas precedentes no debería resultarnos chocante que el Nuevo Testamento una de manera repetida al Padre, al Hijo y al Espíritu Santo. Tal conducta sería ilógica de no creer sus autores en la Trinidad, porque, ¿cuál sería la razón para justificar la presentación conjunta del Dios omnipotente, un mini-dios y una fuerza sin personalidad? No vamos a tratar este tema de manera exhaustiva, pero sí podemos ver algunos ejemplos antes de concluir este capítulo:

    Los primeros cristianos utilizaban fórmulas trinitarias. «La bondad inmerecida del Señor Jesucristo y el amor de Dios y la participación en el Espíritu Santo estén con todos ustedes» (2Cor 13,13) (en la VNM aparece numerado por razones desconocidas como versículo 14).

    «Pero ustedes han sido lavados, pero ustedes han sido santificados, pero ustedes han sido declarados justos en el nombre de nuestro Señor Jesucristo y con el espíritu de nuestro Dios» (1Cor 6,11) (VNM).

    «Un cuerpo hay y un espíritu, así como ustedes fueron llamados en una sola esperanza a la cual fueron llamados; un Señor, una fe, un bautismo, un Dios y Padre de todos, que es sobre todos y por todos y en todos» (Ef 4,4-6) (VNM).

    Aquellos primeros cristianos no se sentían avergonzados de concluir sus cartas, como la Segunda a los Corintios, con una triple invocación en la que se unían el Padre, el Hijo y el Espíritu; tampoco les avergonzaba recordar que toda la labor de salvación en su vida era fruto del Padre, del Hijo y del Espíritu, y sentían un especial orgullo al poder decir que en su vida estaba presente un solo Señor, un solo Espíritu y un solo Padre. Ésa era su experiencia vital y su fe, y jamás se les hubiera podido pasar por la cabeza que el Espíritu que movía a la Iglesia era una simple fuerza activa sin personalidad, y que el Hijo no era sino un dios, un arcángel encarnado.

    Los primeros cristianos creían que los carismas entregados a la Iglesia procedían de la Trinidad. No era sólo el testimonio de los apóstoles lo que movía a los primeros cristianos a confirmarse en aquella fe trinitaria, sino también la propia experiencia cotidiana de vida eclesial. Existía en ellos la absoluta convicción de que su vida de fe edificada por los carismas divinos era alimentada por las tres personas de la Trinidad: «Ahora bien, hay variedades de dones, pero hay el mismo Espíritu, y hay variedades de ministerios, y sin embargo hay el mismo Señor, y hay variedades de operaciones, y sin embargo es el mismo Dios quien ejecuta todas las operaciones en todos» (1Cor 12,4-6).

    El bautismo en el nombre de la Trinidad. A fin de cuentas, todo lo que hemos visto con anterioridad no tenía nada de extraño para los primeros cristianos. En la enseñanza de los apóstoles se había transmitido la orden dada por el propio Jesús en el sentido de que el sacramento de entrada en la comunión de los creyentes, el bautismo, se celebrara en el nombre común del Padre, del Hijo y del Espíritu Santo: «Vayan, por lo tanto, y hagan discípulos de gente de todas las naciones, bautizándolos en el nombre del Padre y del Hijo y del espíritu santo» (Mt 28,19) (VNM).

    Fíjese bien el lector que Jesús no atribuyó nombres distintos a cada una de las tres personas de la Trinidad, sino que enseñó la existencia de un nombre común a los tres. Pero ¿es siquiera verosímil que Dios iba a tener un nombre común con un arcángel y una fuerza que ni siquiera tiene personalidad? Resulta patente que no; como también le resultará seguramente claro al lector, tras la lectura de las evidencias bíblicas indicadas en las páginas anteriores, que la Biblia sí enseña la doctrina de la Trinidad.

    3. Conclusión

    Al autor de estas líneas, y no dice esto con petulancia, le parece que el concepto de la divinidad que aparece en el Nuevo Testamento es con mucho el más grandioso que podría captar la atención del ser humano. Frente a la grosería de los politeísmos o la frialdad del panteísmo, surge la grandeza moral del monoteísmo. Pero no se trata de un monoteísmo como el islámico (y, en buena medida, el del judaísmo), en el que Dios es un ser lejano e inaccesible a nosotros. El Nuevo Testamento enseña que ese Dios se hizo carne y habitó entre nosotros, que creció como un ser humano, que conoce hasta la fibra más íntima de nuestro ser y que, por ello, hace posible que nos acerquemos a él con toda confianza (Heb 2,17-18; 4,15-16). Este mismo Dios, lleno de amor y compasión, no retrocedió ante nada en favor nuestro, hasta el punto de verse injustamente juzgado, escarnecido, escupido, torturado, condenado y, finalmente, muerto en uno de los suplicios más terribles que ha ideado el ser humano: la cruz.

    Pero la muerte no podía contener al autor de la vida (He 3,15) y, vuelto de entre los muertos, provocó entre sus discípulos una convicción más firme aún de que era su Señor y su Dios (Jn 20,28).

    Aquello no era el final, sino casi el principio. El Espíritu Santo enviado por el Padre ha guiado desde entonces a la Iglesia redimida por la sangre del Hijo. La ha impulsado, le ha dado dones y carismas, ha intercedido por ella. La misma vida eclesial sería inconcebible sin su presencia continua.

    Frente a estas realidades gloriosas, las sectas ofrecen un panorama que, en realidad, arranca de concepciones paganas: Jesús fue sólo un hombre o, como mucho, un arcángel, un dios. Su obra fue de mucho menos valor del que señalan las Escrituras, e incluso necesita ser enmendada por las revelaciones de los profetas o mesías de turno.

    El Espíritu Santo es una mera fuerza, como la electricidad. Un impulso desprovisto de razón o personalidad que, en la mayoría de las teologías de las sectas, ya no actúa en medio del pueblo de Dios.

    Puede que a alguien le resulte consoladora una visión tan patética, tan capitidisminuida, tan tergiversada del Dios de la Biblia. Al que escribe estas líneas, sin embargo, le atrae más la gloriosa realidad que sólo hemos podido ver a vuelo de pájaro en las páginas anteriores. Le convence más el Dios de amor encarnado que el arcángel enviado en sustitución de Dios a salvarnos. Le conmueve más el Dios-Espíritu Santo que intercede por él con gemidos indecibles (Rom 8,26-27) que esa fuerza activa impersonal que, a semejanza de la electricidad, ni siente ni padece y se mueve ciega y sin saber adónde la llevan. A ese Dios, Padre, Hijo y Espíritu Santo, sea la gloria por los siglos de los siglos.

    #7009
    Ana Maria
    Invitado

    El Padre y el Hijo comparten un solo Espiritu, que es el Espiritu Santo, este Espiritu es la misma escencia del Padre. Mi pregunta es esta, entonces para ustedes quien es el Consolador?, pues leyendo Juan 14:16-27, Jesus esta hablando de El mismo como que El es el Consolador, pero segun acabo de escuchar usted considera al Espiritu Santo como una cosa mas no una persona, pero yo creo que es el Padre mismo quein comparte Su espiritu con Su Hijo y Su hijo con todas las personas que cumplen con los diez mandamientos de Dios ( Dios no camabia y Su ley perdura por toda la Eternidad). Amen

    #7010
    jorge serafin herrera
    Invitado

    Esta interesante su punto de vista, pero yo lo veo como deiteismo en forma de politeismo, pero la biblia abla desde el A.T que Dios es uno.Deutoronomio 6:4 …Isaias 43:11..dise. Yo yo jehova y fuera de mi no hay quien salve. y hechos 4:12 y en ningun otro.hay salvacion.por que no hay otro nombre bajo el cielo en que podamos ser salvos. Aqui esta ablando del del mismo jehova del antiguo testamento. Hay una grande cantida de pasajes en la biblia que declaran que dios es uno y que ese Dios es Jesus 1.timoteo 3:16 todo el capitulo de Juan 14..Juan capitulo 1…colosenses 2:9…1.Juan 5:20 yestos solamente son pocos

    #7011
    gilbert caicedo
    Invitado

    hermano, esteban huertas o es una Doctrina o es una trinidad…? que esegetica y etimologia..? para poder entender que en ningunos de esos versiculos de los que usted habla Sr. esteban tiene que ver con que la trinidad… la trinidad se saco de esa orden dada y los catolocoa la Dogmatizaron. dando ha entender que esos solo son los tres padre, hijo y espiritu santo, entonces de que dioses se hablo, de que señores, de que espiritus..?

    #7012
    prueba nombre
    Participante

    Esteban, cuando dices que «el mismo término “Dios” en hebreo es Elohim, que significa literalmente “dioses”» estas errado.

    La palabra «elohim» fue traducido como Dios a nuestro idioma, pero no significa que el «término “Dios” en hebreo es Elohim».

    Me explico, Dios traducido al Hebreo es «Eloah» o «El»(que significa Altisimo), Elohim = a dioses. El tetragramaton YHVH (Yud Hei Vav Hei) conocido como Jehovah no tiene traduccion porque es un compuesto de cuatro letras.

    “Y Dios pasó a decir: Hagamos al hombre a nuestra imagen, según nuestra semejanza… Y Dios procedió a crear al hombre a su imagen, a la imagen de Dios lo creó” (Gén 1,26-27)

    la traduccion exacta diria, «y los dioses pasaron a decir: Hagamos al hombre a nuestra imagen, según nuestra semejanza… Y los dioses procedieron a crear al hombre a su imagen, a la imagen de dioses lo creó”

    otro ejemplo de elohim es: «Yo dije: Vosotros sois dioses, Y todos vosotros hijos del Altísimo» salmos 82:6, donde «dioses» en hebreo dice elohim.

    salmos 82:1 dice «Dios está en la reunión de los dioses; En medio de los dioses juzga», quienes seran estos dioses?

    Si lo comparamos con el libro de revelaciones en la cual encontramos algo similar en Rev 4:2-4 «Y al instante yo estaba en el Espíritu; y he aquí, UN trono establecido en el cielo, y en el trono, UNO sentado. Y el aspecto del que estaba sentado era semejante a piedra de jaspe y de cornalina; y había alrededor del trono un arco iris, semejante en aspecto a la esmeralda. 4 Y alrededor del trono había veinticuatro tronos; y vi sentados en los tronos a veinticuatro ancianos, vestidos de ropas blancas, con coronas de oro en sus cabezas.»
    Por lo que vemos en «La revelación de Jesucristo, que Dios le dio, para manifestar a sus siervos las cosas que deben suceder pronto; y la declaró enviándola por medio de su ángel a su siervo Juan» Rev 1:1
    vemos que Hay UN solo trono y en el trono UNO sentado, no dos, no tres sino UNO. Comparando salmos 82:1 y rev 4:4 vemos que Dios Juzga cerca de los dioses, llamese elohim o como dice la traduccion al castellano «ancianos».

    Claramente se nos muestra un organigrama que todos niegan ver, Un trono en el centro con 24 tronos alrededor, si son tronos los que se sientan en ellos tienen que tener alguna caracteristica similar o semejante a el que esta sentado en EL trono.

    «Nadie ha visto jamás a Dios» dice la 1 Juan 4:1, pero si esto es cierto a quien vio Jacob en Genesis 32:30? «Y llamó Jacob el nombre de aquel lugar, Peniel; porque dijo: Vi a Dios cara a cara, y fue librada mi alma»

    Lo que se ve en el trono es una manifestacion de Dios, una emanacion de colores por que se dice que ni la creacion lo puede contener. 1 Reyes 8:27 «Pero ¿es verdad que Dios morará sobre la tierra? He aquí que los cielos, los cielos de los cielos, no te pueden contener; ¿cuánto menos esta casa que yo he edificado?»

    Los que estan en el trono son reyes porque llevan coronas, y si Dios es el Dios de dioses y Rey de Reyes, no serian estos los dioses o elohim de los que se habla en el A.T?

    Otra cosa, si aparecen solo los elohim desde gen 1:1-2:3 porque es que viene ahora a aparecer «YHVH elohim» en la misma frase?
    Genesis 2:4 «Éstos son los orígenes de los cielos y de la tierra cuando fueron creados, el día que Jehová Dios hizo la tierra y los cielos»

    Sera que el tetragramaton se refiere al creador?

    Exodo 15:3 dice «Jehová es varón de guerra; Jehová es su nombre»

    Si Dios es un Dios de paz y de amor, como va a ser un Dios de guerra y mucho menos un varón?

    2 Corinto 13:11 «Por lo demás, hermanos, tened gozo, perfeccionaos, consolaos, sed de un mismo sentir, y vivid en paz; y el Dios de paz y de amor estará con vosotros.»

    Ezequiel es uno de los pocos que describe lo que vio cuando vino a el la palabra y la mano de YeHoVaH,
    Ezekiel 1:3-5 «vino palabra de Jehová al sacerdote Ezequiel hijo de Buzi, en la tierra de los caldeos, junto al río Quebar; vino allí sobre él la mano de Jehová. Y miré, y he aquí venía del norte un viento tempestuoso, y una gran nube, con un fuego envolvente, y alrededor de él un resplandor, y en medio del fuego algo que parecía como bronce refulgente, y en medio de ella la figura de cuatro seres vivientes. Y ésta era su apariencia: había en ellos semejanza de hombre.»

    YHVH llego en una nube de fuego envolvente, tenia apariencia de 4 seres vivientes y su apariencia era de semejanza de hombre, valla, 4 seres vivientes con apariencia de hombre….raro no es que tambien salen en la descripcion que da Juan en el libro de revelaciones sobre el organigrama de Dios.

    Revelation 4:6-11 «Y delante del trono había como un mar de vidrio semejante al cristal; y junto al trono, y alrededor del trono, cuatro seres vivientes llenos de ojos delante y detrás. El primer ser viviente era semejante a un león; el segundo era semejante a un becerro; el tercero tenía rostro como de hombre; y el cuarto era semejante a un águila volando. Y los cuatro seres vivientes tenían cada uno seis alas, y alrededor y por dentro estaban llenos de ojos; y no cesaban día y noche de decir: Santo, santo, santo es el Señor Dios Todopoderoso, el que era, el que es, y el que ha de venir. Y siempre que aquellos seres vivientes dan gloria y honra y acción de gracias al que está sentado en el trono, al que vive por los siglos de los siglos, los veinticuatro ancianos se postran delante del que está sentado en el trono, y adoran al que vive por los siglos de los siglos, y echan sus coronas delante del trono, diciendo: Señor, digno eres de recibir la gloria y la honra y el poder; porque tú creaste todas las cosas, y por tu voluntad existen y fueron creadas.»

    Entonces si tenemos a Dios el creador, el ALtisimo nuestro padre sentado en El trono, con veinticuatro Reyes a su alrededor, y cuatro seres vivientes entre Dios y los veinticuatro, donde queda la trinidad?

    Matthew 11:27 Todas las cosas me fueron entregadas por mi Padre; y nadie conoce al Hijo, sino el Padre, ni al Padre conoce alguno, sino el Hijo, y aquel a quien el Hijo lo quiera revelar.

    Jesus tenia razon cuando dijo que nadie conoce al padre al menos que el hijo lo quiera revelar y tambien cuando dijo que nadie iba al padre sino por el.

    John 14:6 Jesús le dijo: Yo soy el camino, y la verdad, y la vida; nadie viene al Padre, sino por mí.

    Creo que este resumen lo deja algo claro, y veras que trate de «conjugar como un todo no con unos “cuantos” versiculos” las explicaciones pero me llevaria semanas para pasearte por toda la biblia mostrandote las evidencias. Asi que si no quedas satisfecho antes de acusar que «son falsas sus preposiciones y falsas sus argunmentos» de dar por hecho que «la doctrina de la trinidad no proviene de la iglesia catolica, ni de ninguna otra doctrina humana sino de Dios revelado en las Sagradas Escrituras» te sugiero que te sientes y ores para que te llegue entendimiento y sabiduria.

    Bendiciones.

    #7013
    HERMANO BIBLICO
    Invitado

    ¿Es Jesús Dios? ¿Alguna vez Jesús afirmó ser Dios?JUAN 1:1,14 JUAN 10:30-33 1JUAN 5:20 DEIDAD Colosenses 2:9 Filipenses 2:10 Isaías 9:6 MAS VERSICULOS SOLO UN DIOS
    JESUCRISTO PERDONA PECADOS SE LA ADORA TIENE DOS DIVINIDADES POR 100 HOMBRE 100 DIOS Respuesta: En la Biblia, no hay un registro de Jesús diciendo las palabras precisas, “Yo soy Dios.” Sin embargo, eso no significa que El no proclamó ser Dios. Tome por ejemplo, las palabras de Jesús en Juan 10:30, “Yo y el Padre uno somos”. A simple vista, esto no parecería ser una afirmación de ser Dios. Sin embargo, escuche la reacción de los judíos a Su declaración, “Por buena obra no te apedreamos, sino por la blasfemia; porque tú, siendo hombre, te haces Dios” (Juan 10:33). Los judíos entendieron la declaración de Jesús al afirmar ser Dios. En los versículos siguientes, Jesús nunca los corrige diciéndoles, “Yo no afirmé ser Dios”. Eso indica que Jesús realmente estaba diciendo que era Dios al declarar, “Yo y el Padre uno somos” (Juan 10:30). Juan 8:58 es otro ejemplo. Jesús les dijo “De cierto, de cierto os digo: antes que Abraham fuese, yo soy”. Nuevamente, en respuesta, los judíos tomaron piedras para arrojárselas (Juan 8:59). ¿Por qué los judíos querrían apedrear a Jesús, si El no hubiera dicho algo que ellos creían era una blasfemia, concretamente, una afirmación de ser Dios?

    Juan 1:1 dice que “El Verbo era Dios”. Juan 1:14 dice que “Aquel Verbo fue hecho carne”. Esto indica claramente que Jesús es Dios en la carne. Hechos 20:28 nos dice, “… para apacentar la iglesia del Señor, la cual él ganó por su propia sangre”. ¿Quién compró la iglesia con Su propia sangre? Jesucristo. Hechos 20:28 declara que Dios compró la iglesia con Su propia sangre. ¡Por tanto, Jesús es Dios!

    Con respecto a Jesús, Tomás el discípulo declaró, “Señor mío, y Dios mío” (Juan 20:28). Jesús no lo corrigió. Tito 2:13 nos anima a esperar la venida de nuestro Dios y Salvador – Jesucristo (vea también 2ª Pedro 1:1). En Hebreos 1:8, el Padre declara de Jesús, “Mas del Hijo dice: Tu trono, oh Dios, por el siglo del siglo; cetro de equidad es el cetro de tu reino.”

    En Apocalipsis, un ángel ordenó al Apóstol Juan adorar solamente a Dios (Apocalipsis 19:10). En algunas ocasiones en la Escritura, Jesús recibe adoración (Mateo 2:11; 14:33; 28:9,17; Lucas 24:52; Juan 9:38). El nunca reprendió a la gente por adorarle. Si Jesús no fuera Dios, El hubiera dicho a la gente que no le adoraran, justamente como lo hizo el ángel en Apocalipsis. Hay muchos otros versículos y pasajes de la Escritura que alegan la deidad de Jesús.

    La razón más importante para decir que Jesús tiene que ser Dios, es que si El no es Dios, Su muerte no habría sido suficiente para pagar la penalidad por los pecados de todo el mundo (1ª Juan 2:2). Solamente Dios pudo pagar tal penalidad infinita. Solamente Dios pudo tomar los pecados del mundo (2ª Corintios 5:21), morir, y resucitar – probando Su victoria sobre el pecado y la muerte.

    #7014
    GERMAIN
    Invitado

    1. ¿Quién, o qué, es la «Trinidad»?
    El Credo de Atanasio, que es aceptado por la mayoría de las iglesias que profesan ser cristianas, da una respuesta autorizada. Declara:
    «Adoramos a un Dios en Trinidad y Trinidad en Unidad […]. Hay una persona del Padre, otra del Hijo, y otra del Espíritu Santo; pero la divinidad del Padre, del Hijo, y del Espíritu Santo toda es una […]. Así el Padre es Dios, el Hijo es Dios, y el Espíritu Santo es Dios, sin embargo, no hay tres Dioses sino un Dios […]. Y en esta Trinidad nadie está antes ni después del otro; nadie es mayor ni menor que el otro. Antes bien, todas las tres personas son coeternas juntas, y coiguales».
    2. ¿Se espera que la gente use las facultades que le dio Dios, y aplique la prueba de la razón a sus creencias?
    Aunque indudablemente hay cosas que la mente finita del hombre no puede captar totalmente, no se nos pide que creamos cosas que son contrarias a la razón. Esto es evidente por pasajes como Isaías 1:18, en el cual Dios, por medio del profeta, exhorta a Israel, diciéndole: «Venid luego […] y estemos a cuenta [y razonemos]».
    3. ¿Se siguió esta práctica en los tiempos de los apóstoles?
    Sí. Hechos 17:2 nos dice: «Y Pablo, como acostumbraba, fue a ellos, y por tres días de reposo discutió con ellos […] por medio de las Escrituras» (vea también Hechos 18:4 y 19). Además, él exhortó a los conversos, diciendo, «examinadlo todo» en conexión con sus creencias (1 Tesalonicenses 5:21).
    Él no pedía ni esperaba que sus seguidores aceptaran ciegamente sus enseñanzas como un principio de fe. Al contrario, elogió a aquellos de Berea porque «recibieron la palabra con toda solicitud, escudriñando cada día las Escrituras para ver si estas cosas eran así» (Hechos 17:11)–un proceso que requería considerable razonamiento inteligente.
    4. ¿Qué dicen las Escrituras con respecto a la afirmación del Credo de Atanasio, de que él (Dios) consiste en tres personas–el Padre, el Hijo (es decir, Jesucristo), y el Espíritu Santo?
    Primer Corintios 8:6 especifica muy categóricamente que el único Dios es el Padre, NO una combinación del Padre, el Hijo, y el espíritu Santo; en realidad, para dejar el asunto fuera de todo malentendido, Pablo procede a mostrar que nuestro Señor Jesucristo es no sólo una persona totalmente diferente de Dios el Padre, sino también que él no es Dios en absoluto. «Para nosotros, sin embargo, sólo hay un Dios, el Padre […] y un señor, Jesucristo». Además, en Primer Timoteo 2:5, Pablo confirma esto, diciendo: «Porque hay un solo Dios, y un solo mediador entre Dios y los hombres, Jesucristo hombre».
    De modo que estos pasajes enseñan claramente que hay sólo un Dios, que ese único Dios es el Padre, y que Jesucristo nuestro Señor no es Dios, sino que es el Hijo de Dios. Las expresiones «Dios el Hijo» y «Dios el Espíritu Santo», que se usan en el Credo, no se encuentran en ningún pasaje de la Biblia.
    5. ¿Son co-eternos el Padre y el Hijo?
    Dios (es decir, el Padre–1 Corintios 8:6) ha existido siempre, y así la palabra «eterno» se puede aplicar adecuadamente a él, pero no a su Hijo; en realidad, la palabra misma, «Padre», significa uno de quien procede la vida, e «Hijo» uno a quien el Padre da vida. Por lo tanto, debe haber habido un tiempo en que existió el Padre, pero no el Hijo. Las Escrituras repetidamente se refieren a Jesús como engendrado de Dios, por ejemplo, Juan 3:16; 1 Juan 4:9. Por lo tanto, en vista de que (como el mismo Credo de Atanasio lo define) Jesús fue engendrado del Padre, nunca se tuvo la intención de expresar el pensamiento de que él es coeterno con el Padre, y es bíblicamente incorrecto.
    6. ¿Son co-iguales el Padre y el Hijo?
    En 1 Juan 4:9, 14, se nos dice que Dios (o el Padre) «envió a su Hijo unigénito al mundo». Sin duda sería una suposición irrazonable que un Dios coigual enviara a otro Dios coigual.
    Jesús mismo dijo: «No puedo yo hacer nada por mí mismo» (Juan 5:30). «El Padre mayor es que yo» (Juan 14:28). Además, Jesús sabía y enseñó que había sólo un Dios–el Padre. Es por eso que Jesús dijo a María: «Vé a mis hermanos, y diles: Subo a mi Padre y a vuestro Padre, a mi Dios y a vuestro Dios» (Juan 20:17). Esto definitivamente contradice la idea de igualdad. La inferioridad de Jesús en comparación con «el Padre» es corroborado cuando leemos en conexión con la resurrección. «A este Jesús resucitó Dios […]. Así que, exaltado por la diestra de Dios…» (Hechos 2:32-33). Si Jesús mismo fuera Dios (algo que él nunca afirmó ser), ¿cómo podría estar él mismo exaltado a su diestra? Esta absurdidad está más recalcada aun en Filipenses 2:9, donde leemos: «Dios […] le exaltó hasta lo sumo, y le dio un nombre que es sobre todo nombre. Y además en Hebreos 1:3-4, se declara que él, Jesús, «se sentó a la diestra de la Majestad en las alturas, hecho tanto superior a los ángeles».
    Estos pasajes claramente muestran que Jesús no es ni Dios ni coigual con Dios, y es de especial importancia observar que las palabras «a la diestra de la Majestad en las alturas» prueban que el mismo no es la Majestad en las alturas, el cual es Dios, esto es, el único Dios–el Padre. Note también que las palabras «hecho tanto mejor que los ángeles» definitivamente indican un poder mayor que él, el cual en realidad realizó la obra de hacerlo (en la resurrección) tanto mejor que los ángeles. En su nacimiento, por el Espíritu de Dios, Jesús había sido «hecho un poco menor que los ángeles [es decir, un hombre], para que por la gracia de Dios gustase la muerte por todos» (Hebreos 2:9). Por otra parte, fue en su resurrección donde él fue exaltado en gran medida y hecho tanto mejor que los ángeles.
    Además, cuando Jesús instruyó a sus discípulos acerca de cómo orar, él consideró sólo al Padre: «Padre nuestro, que estás en los cielos, santificado sea tu nombre […[. Hágase tu voluntad…» (Mateo 6:9, 10). Seguramente esta omisión sería sumamente desconsiderada para Dios el Hijo y Dios el Espíritu Santo, si tales Dioses existieran y fueran co-iguales con el Padre. Sin embargo, podemos estar totalmente seguros de que Jesús sabía que hay sólo un Dios, el Padre, y que nuestras oraciones deben dirigirse a él, por medio y en nombre de nuestro Salvador y Mediador, Jesucristo, el Hijo del Padre.
    También podemos razonablemente preguntarnos: Si Jesús era Dios, ¿por qué dijo: «Dios mío, Dios mío, ¿por qué me has desamparado?» (Marcos 15:34). Él no podía desampararse a sí mismo; y un Dios no podía desamparar a otra persona coigual dentro del mismo Dios. Está escrito en Juan 17:1-3 que Jesús dijo en su oración al Padre: «Que te conozcan a TI, EL UNICO DIOS VERDADERO, y a Jesucristo, a quien HAS ENVIADO». De este modo, Jesús nos dice que él no era Dios, sino que fue enviado por el único Dios verdadero–el Padre. Por lo tanto, todos los otros dioses son dioses falsos.
    Muchos otros pasajes muestran que Jesús no es una igualdad con Dios, pero dos más serán suficiente para nuestro propósito. Pablo, en 1 Corintios 15:24-25, nos dice que después de que Cristo haya reinado sobre el reino de Dios en la tierra hasta que todos los enemigos hayan sido puestos debajo de sus pies, entonces él entregará «el reino al Dios y Padre». Note que él no entrega el reino a Dios el Padre, al Hijo, y al Espíritu Santo. Además, sería irrazonable en cualquier caso suponer que él se entregaría el reino a sí mismo, lo que tendría que hacer si él fuera Dios. También debe notarse que el hecho mismo de entregar el reino de Dios, el Padre, muestra que él no es coigual con el Padre, en tanto que las palabras «Dios, el Padre» verifican 1 Corintios 8:4 y 6 en su afirmación de que «sólo hay un Dios, el Padre». Finalmente, para remachar el tema, Pablo en 1 Corintios 15:28 nos dice: «Entonces también el Hijo mismo [Jesús] se sujetará al que le sujetó a él todas las cosas [el Padre], para que Dios sea todo en todos». Por lo tanto, concluimos que Jesucristo: (1) No es Dios (el cual es UNO, el Padre), y (2) No es coigual con Dios, sino que él es el Hijo de Dios, segundo en categoría después del Padre.
    7. ¿Es el Espíritu Santo un Dios coigual con Dios el Padre?
    Si este poder espiritual es un realidad una persona separada, llamada «Dios el Espíritu Santo», entonces necesariamente se desprende que cuando la virgen María concibió, según se describe en Lucas 1:35, él (Dios el Espíritu Santo) sería el padre de nuestro Señor Jesucristo. Sin embargo, fue el único Dios, el Padre, y no otra persona, quien, por su poder sin límite o espíritu santo, implantó la necesaria semilla de vida en la virgen María. Él no implantó en ella a otro Dios coigual.
    8. En vista de que la doctrina de la Trinidad no es bíblica, ¿cómo es que tantos cristianos profesos la creen? ¿Cómo se originó?
    El Sr. Donovan Cox, en su excelente obra titulada «Who is the God of the Bible?» [¿Quién es el Dios de la Biblia?], dice lo siguiente acerca del origen de la doctrina trinitaria:
    «En el notable libro de Hislop, The Two Babylons [Las Dos Babilonias], vemos que las falsas doctrinas papales están basadas en las doctrinas de Babilonia; y, tal como podía esperarse, encontramos que la antigua Babilonia tenía su doctrina trinitaria. Para expresar la teoría de la Trinidad en Unidad, ellos utilizaban el triángulo equilátero, tal como lo hacen en la actualidad algunas iglesias romanas. El Papado tiene en algunas de sus iglesias una imagen de un Dios trino y uno con tres cabezas en un solo cuerpo. Los asirios también tenían un emblema trino y uno con la cabeza de un anciano (el Padre), un cero o círculo para ‘la simiente’ o Hijo, y alas y cola de un ave para representar el espíritu.
    El Diccionario Religioso, del cual el Rev. Dr. Lyman Abbott, un profeso trinitario, fue uno de los compiladores y editores, dice en la página 944: ‘No fue hasta el principio del cuarto siglo que el punto de vista trinitario empezó a ser elaborado y formulado como doctrina, y se hizo un esfuerzo para reconciliarla con la creencia de la iglesia en un Dios en un intento por resolver este problema de la Trinidad […]. La Trinidad es una característica muy marcada en el Hinduismo, y puede percibirse en las mitologías persas, egipcias, romanas, japonesas, indias, y en las más antiguas creencias griegas’.
    «La doctrina trinitaria con sus tres dioses en un solo dios fue una idea que la Iglesia de Roma tomó de Babilonia para atraer a los paganos, los cuales ya tenían una Trinidad de dioses paganos, al mismo tiempo que evitaban entrar en conflicto con los cristianos, los cuales creían en un solo dios verdadero».
    «La aceptación general de esta doctrina desde aquellos días, y la tenacidad con la que aún se mantiene, está basada en el temor supersticioso inculcado primeramente por el clero romano, y después por el clero protestante, bajo la amenaza de que quienquiera que niegue la Trinidad está condenado. Y en caso de que haya alguno que considere que esta es una declaración irrazonablemente fuerte y sin fundamento, sólo tiene que acudir al Libro Común de Oraciones y leer el Credo de Atanasio, que explícitamente declara que ‘el que quiera salvarse debe creer en la Trinidad, de otro modo perecerá eternamente’. De modo que esta doctrina está tan firmemente arraigada que los protestantes la promulgaron como un legado del Papado, y la cual aún se sostiene con tanta tenacidad, que la creencia en esta incomprensible y antibíblica doctrina es un requisito básico del cristianismo popular. Quienquiera que no la crea se le declara hereje».
    9. ¿No enseñan 1 Juan 5:7 y 8 claramente la doctrina de la Trinidad? El texto dice: «Porque tres son los que dan testimonio en el cielo: el Padre, el Verbo y el Espíritu Santo; y estos tres son uno. Y Tres son los que dan testimonio en la tierra».
    Quizás debería señalarse aquí que el creyente tradicional bien informado raramente cita este pasaje para apoyar su creencia en la Trinidad, aunque es el único lugar en la Biblia donde hay una declaración precisa que pretende mostrar que Dios es una Trinidad. ¿Por qué? Porque las palabras desde «en el cielo» hasta «en la tierra» son una interpolación. No se hallan en los manuscritos más antiguos. La «Biblia de Jerusalén» y la «Nueva Versión Internacional», y la «Biblia Anotada de Scofield» proveen una nota al margen explicando que las palabras citadas son una interpolación.
    Una típica nota aparece en Scofield: «Casi todos concuerdan que el v. 7 no es auténtico». La «Companion Bible» dice en la página 1876: «Omita todas las palabras desde ‘en el cielo’ hasta ‘en la tierra’, versículo 8 inclusive. Esas palabras no se hallan en ningún manuscrito griego de antes del siglo 16. Se vieron por primera vez en el margen de algunas copias en latín. De ahí fueron incorporados al texto».
    Ni el Dr. James Moffatt, ni Farrar Fenton, ni el Dr. R. F. Weymouth, ni el Dr. Robert Young, incluyen este texto en su traducción. Tales palabras no aparecen en los más antiguos manuscritos griegos, a saber, el Manuscrito Vaticano Nº 1209, ni el Manuscrito Sinaítico, ni el Siriaco. No se encuentran en ninguno de los manuscritos árabes, etíopes, coptos, sahadicos, armenios o eslavos. La única excepción es la Vulgata (en latín), e incluso en esta versión muchas de las copias más antiguas las excluyen.
    De los varios cientos de los manuscritos más antiguos, el único que incluye estas palabras está en el Trinity College de Dublín. De modo que puede verse la influencia papal, primeramente en la Vulgata y después en la ciudad católica romana de Dublín.
    10. ¿Qué puede decirse de Mateo 28:19. ¿No enseña acerca de la Trinidad? El texto dice: «Por tanto, id, y haced discípulos a todas las naciones, bautizándolos en el nombre del Padre, y del Hijo, y del Espíritu Santo».
    ¿Dice aquí nuestro Señor «tres personas en un solo Dios», o «Tres personas coiguales»? ¡NO! Entonces, ¿qué derecho tenemos para inferir que él quiso decir eso? No es más que una inferencia. Después de todo nosotros creemos en los tres: creemos en el Padre, el supremo y único Dios; creemos en el Hijo de Dios, el Señor Jesucristo; y creemos en el Espíritu Santo de Dios, el cual es el poder divino por el cual Jesucristo y los apóstoles fueron facultados para realizar milagros.
    Sin embargo, semejante creencia no lleva necesariamente consigo la creencia en una Trinidad de personas coiguales y coeternas.
    Considerar que una persona o poder es Dios, tan sólo porque somos bautizados en ella, o en el nombre de ella, seguramente es leer en la Escritura más de lo que en realidad dice. Si ese fuera el caso, Moisés y Juan el Bautista serían Dioses (1 Corintios 10:1, 2; Hechos 19:3). La palabra griega para «en» en 1 Corintios 10:2 y Hechos 19:3, es «eis», exactamente la misma palabra que se usa en Gálatas 3:27; Hechos 8:16, y Hechos 19:5).
    De modo que el significado del texto es claramente que aquellos que se han bautizado así no aceptarán nada como parte de su religión, excepto aquellos que procede de Dios el Padre, y lo cual es revelado ya sea por medio de su Hijo, el Señor Jesucristo, o por la inspiración o poder del Espíritu Santo de Dios que obra externamente por medio de milagros, e internamente por medio de los profetas y otros igualmente inspirados.
    Además, si este texto se refiere a tres personas coiguales que forman un solo Dios, haciendo de este modo al Espíritu una persona (y Dios), es sólo razonable deducir que el agua y la sangre que se mencionan en 1 Juan 5:8 también son personas (y Dios), ya que no sólo están aquí unidas sino que, además, se muestra que los tres concuerdan en uno solo.
    11. ¿No se refiere la Biblia, en diversos pasajes, a Jesús como Dios? Por ejemplo, Hebreos 1:8, que dice: «Mas del Hijo dice: Tu trono, oh Dios, por el siglo del siglo».
    Por supuesto, esta es una cita de Salmos 45:6, donde la palabra hebrea para «oh Dios» es «Elohim». Ahora bien, esta palabra «Elohim» junto con «theos», su equivalente griego en Hebreos 1:8, aunque frecuente y adecuadamente se aplica a Dios mismo, también puede aplicarse a otros que no son el Dios Supremo. Por lo tanto, la aplicación de «Elohim» a Cristo no le da el derecho a igualdad con Dios, como tampoco el uso de la misma palabra «Elohim» para referirse a Moisés (Exodo 7:1) y a otros, les da el derecho a igualdad con Dios (vea Salmos 8:5 donde «Elohim» se vierte como ángeles; y en Jueces 13:22 se ha traducido como Dios; en Jueces 16:23 se traduce dos veces como Dios al referirse a ídolos; en Exodo 21:6; 22:8 y 22:9 se traduce como «los Jueces»).
    De la misma manera, el uso de la palabra Theos, en conexión con Cristo, no es prueba de que él era una persona dentro de un Dios trino y uno, así como tampoco es prueba que el adversario de Dios y de Cristo sea también una persona de semejante Trinidad tan sólo porque se le llama «el dios [theos] de este siglo» (2 Corintios 4:4); o que los hombres a los que Cristo mismo dijo: «Dioses sois» (Juan 10:34), citando de Salmos 82:6, tengan derecho a igualdad con Dios. Además, aquellos que recurren a Juan 10:34 notarán que Jesús prosigue en el versículo 36, diciendo: «Porque dije: Hijo de Dios soy». Sírvase recordar que los judíos recién lo habían acusado de hacerse a sí mismo Dios. Su respuesta es indudablemente una clara negación de esto. Si Jesús hubiese sido en verdad Dios, él sin duda lo habría dicho, y no habrían intentado despistarlos con una media verdad. Sin embargo, nosotros estamos plenamente satisfechos porque Jesús habló la completa verdad cuando dijo: «Hijo de Dios soy».
    Además, si volvemos a Hebreos 1:8 y, en vez de tomar sólo ese versículo, leemos también el versículo siguiente, notamos las palabras: «Por lo cual te ungió Dios, el Dios tuyo […], más que a tus compañeros». De modo que Jesús no pudo haber sido el Dios supremo, en vista de que aquí tenemos a un Dios superior a él que lo ungió. Dios (o el Padre) era, por supuesto, el Ungidor, en tanto que Jesús, el Cristo (es decir, el ungido) demostró, por este hecho mismo, que era, no el Dios supremo, sino el ungido de Dios–exaltado más que a sus compañeros.
    12. ¿No enseña Juan 1:1 acerca de la Trinidad cuando dice: «En el principio era el Verbo, y el Verbo era con Dios, y el Verbo era Dios»?
    Primeramente, sírvase notar que aquí sólo se mencionan dos factores, a saber, el Verbo (o la Palabra) y Dios. A lo más, entonces, sólo podía enseñar una dualidad más bien que una Trinidad.
    En segundo lugar, el término griego «logos» no se refiere necesariamente a una persona, por ejemplo, Romanos 10:8, donde ocurre dos veces y se refiere a la «palabra de fe» que predicaba el apóstol. Del mismo modo en Juan 1:1 «el Verbo», o «Palabra», [logos] no representa a una persona, sino más bien a la Palabra del Padre (Dios dijo, y fue hecho–Salmos 33:9). Antes de que el mandato salga de Dios, puede ser y es identificado como una parte de Dios (el Padre).
    De modo que aquí se visualiza sólo una persona, y no una Trinidad.
    13. En vista de que Jesús era el Hijo de Dios, producido milagrosamente por el poder espiritual del Padre, ¿lo convertiría eso en Dios el Hijo?
    No, no necesariamente. Adán fue producido por el mismo poder espiritual, y sele llama Hijo de Dios (vea Lucas 3:38). La única diferencia reside en la manera en que obró. Además, las Escrituras muestran claramente que Jesús participó de la naturaleza de su madre, y no de la naturaleza divina (Hebreos 2:14-17).
    14. Pero, ¿no es Jesús el «Verbo», (o la «Palabra») o el «logos», que fue hecho carne en el principio? (Juan 1:14).
    Aunque este acontecimiento estaba en el propósito o plan de Dios desde el principio mismo, y en diversas ocasiones se predijo en la profecía, el acontecimiento literal no ocurrió hasta «el principio» de la dispensación del evangelio, y entonces tal como lo describe Lucas en el capítulo 1, versículos 26 al 35. Dios (el Padre) habló, es decir, dio el mandato al ángel Gabriel quien trasmitió las buenas nuevas a María, y por obra del poderoso poder espiritual de Dios, la Palabra, o mandato, de Dios fue hecho carne, es decir, la persona de Jesús nació «y habitó entre nosotros (y vimos su gloria. gloria como del unigénito del Padre), lleno de gracia y de verdad» (Juan 1:14).
    15. ¿Y qué hay de aquellos pasajes que hablan de Jesús como si hubiese existido antes de los tiempos del Nuevo Testamento, por ejemplo, Juan 8:58: «Antes que Abraham fuese, yo soy»? ¿No afirma automáticamente que es Dios, al usar las palabras «YO SOY» de sí mismo?
    Estas mismas palabras ocurren en otros dos lugares en esta misma conversación, y una vez en el capítulo siguiente. (1) «Porque si no creéis que yo soy, en vuestros pecados moriréis» (Juan 8:24). (2) «Cuando hayáis levantado al Hijo del Hombre, entonces conoceréis que yo soy, y que nada hago por mí mismo» (Juan 8:28). (3) «Unos decían: Él es; y otros: A él se parece. Él decía: Yo soy» (Juan 9:9).
    Jesús está diciendo: ‘Yo soy el Mesías prometido’, pero ellos lo rechazaron.
    Si los traductores hubiesen añadido la palabra «aquel» a Juan 8:58 para que dijera: «Antes que Abraham fuese, yo soy aquel» como lo hicieron en los otros tres pasajes, siendo todos los casos exactamente iguales en el griego (ego eimi), habría sido claro por el contexto que se estaba refiriendo a sí mismo, no como Dios, sino como el Mesías prometido, predicho y predeterminado antes de Abraham, «el Cordero que fue inmolado desde el principio del mundo» (Apocalipsis 13:8), y «ya destinado desde antes de la fundación del mundo» (1 Pedro 1:20).
    16. ¿No dijo Jesús: «Yo y el Padre uno somos» (Juan 10:30), afirmando de esta manera que era parte de un solo Dios?
    Si el hecho de que porque Jesús declara que él y el Padre son uno prueba que Jesús es Dios, y ambos en igualdad, entonces nos encontraremos en graves dificultades.
    Jesús, en oración al Padre, dijo: Ruego «también por los que han de creer en mí […], para que todos sean uno; como tú, oh Padre, en mí, y yo en ti, que también ellos sean uno en nosotros […]; para que sean uno, así como nosotros somos uno. Yo en ellos, y tú en mí…» (Juan 17:20-23).
    Por lo tanto, si la declaración de Jesús en Juan 10:30, a saber: «Yo y mi Padre uno somos», prueba que Jesús es Dios, coigual con el Padre, entonces su declaración en Juan 17:20-23, recién citada, igualmente prueba que cada uno de los miembros de la iglesia verdadera es Dios, coigual con el Padre, expandiendo de este modo la Trinidad hasta una Infinidad.
    Sin embargo, Jesús no tenía semejante ilusión. Él sabía que Dios el Padre era el único Dios verdadero, pero también sabía que había completa armonía o unidad de espíritu y propósito entre él y el Padre. Él ilustra cuidadosamente esto en Juan 17:20-23, hablando de la unidad (o armonía de espíritu) de la iglesia verdadera, lo cual no podía ser unidad de persona. También mostró que esta unidad o armonía era algo que había que lograr. Como él era uno con el Padre por medio de hacer la voluntad del Padre–«Pero no se haga mi voluntad, sino la tuya» (Lucas 22:42)–así también cada miembro de la iglesia verdadera llegará a una perfecta armonía con el Padre y con el Hijo, haciendo a un lado su propia voluntad y aceptando la de Cristo, la cual es la del Padre. Jesús está mostrando aquí que esta unidad entre él y su Padre fue llevada a cabo por el Espíritu de Dios, que habitó en el Hijo. En forma similar, la Iglesia llena del Espíritu estará en unidad con Cristo, y de este modo también con Dios.
    17. ¿Cómo pudo Jesús decir: «El que me ha visto a mí, ha visto al Padre» (Juan 14:9), si él no era parte del único Dios?
    Muchos de aquellos que citan esto como una prueba de que Jesús es Dios (es decir, Dios el Hijo coigual con el Padre) propenden a pasar por alto ciertos puntos: (1) Que Jesús dijo a continuación: «¿No crees que yo soy en el Padre, y el Padre en mí? Las palabras que yo os hablo, no las hablo por mi propia cuenta, sino que el Padre que mora en mí, él hace las obras» (Juan 14:10).
    Ahora bien, hemos visto en la respuesta a la pregunta anterior que esto significa unidad de propósito o armonía de espíritu, de manera que la implicación de las palabras «El que me ha visto a mí, ha visto al Padre» tiene obviamente el mismo sentido, ya que el apóstol nos asegura que «a Dios nadie le vio jamás» (Juan 1:18). Pero Jesús haciendo la voluntad del Padre en todo momento era una representación perfecta de Dios. En verdad él era «la imagen del Dios invisible» (Colosenses 1:15); «la imagen misma de su sustancia» (Hebreos 1:3). él era la mejor, la más íntima, y la más positiva representación de Dios que era posible dar al género humano, de modo que el pudo verdaderamente decir: «El que me ha visto a mí, ha visto al Padre». Él era la imagen perfecta del Dios invisible, y por consiguiente la mejor concepción o ilustración que podía ser presentada.
    (2) Jesús era «la imagen del Dios invisible», y por esta razón pudo decir: «El que me ha visto a mí, ha visto al Padre», pero seguramente esto no significa que por lo tanto Jesús era Dios, porque tenemos que recordar que, según Génesis 1:26, Dios se propuso hacer al hombre a su imagen; pero esto difícilmente da al hombre el derecho a pretender una igualdad con Dios.
    (3) También leemos que la Iglesia de Cristo será como Cristo (1 Juan 3:2). Por lo tanto, si Cristo es Dios, y la semejanza es prueba de identidad, entonces cada miembro de la iglesia será también Dios, lo cual es ridículo.
    (4) En realidad, si las palabras, «El que me ha visto a mí, ha visto al Padre», se han de tomar en el sentido absolutamente literal, entonces Jesús estaba en verdad declarando que él era Dios, el Padre. Pero, según los trinitarios, Jesús era l segunda persona de la Trinidad, a saber, Dios el Hijo; por lo tanto, el Hijo era de hecho el Padre, y ellos no eran dos personas en absoluto; pero, al mismo tiempo, el Hijo era su propio Padre y era mayor que él mismo. Lo absurdo a lo que nos lleva esta deducción lógica (basada en la doctrina de la Trinidad), nos muestra claramente la falsedad de esa doctrina.
    Por esto queda muy en claro que en las palabras «El que me ha visto a mí, ha visto al Padre» no hay nada que indique que él era de hecho el Padre, o que él era Dios.
    18. ¿No es Jesús Jehová, y por lo tanto necesariamente Dios?
    Hay uno o dos textos que parecen expresar esta idea, si se toman por separado, sin estudiar la enseñanza de la Escrituras como un todo. sin embargo, esta idea obviamente surge de la confusión que invariable e inevitablemente causa la doctrina trinitaria.
    El apóstol Pablo, hablando de Jesús, nos dice muy claramente que Dios «le exaltó hasta lo sumo, y le dio un nombre que es sobre todo nombre» (Filipenses 2:9), y que él «se sentó a la diestra de la Majestad en las alturas» (Hebreos 1:3).
    Notamos que Jesús fue exaltado por Dios y está sentado a la diestra de Dios, lo que se confirma en Mateo 22:44; Hechos 2:34, 35; Hebreos 1:13 y 10:12, 13. Si acudimos ahora a Salmos 110:1 encontraremos una previsión de esto: «Jehová dijo a mi señor [Adon]: Siéntate a mi diestra…».
    Si Jesús es Jehová, entonces o él está sentado a su propia diestra o él levantó a alguno otro (Adon) para que se sentara a la diestra suya (esto es, de Jesús).
    Lo absurdo de esto queda en evidencia apenas se declara.
    Pero las Escrituras expresan muy claramente que «Jehová» no es otro que el solo y único Dios, el Padre, y «Adon» es su bien amado Hijo, el Señor Jesucristo, quien está sentado a la derecha de Jehová. Esto, por supuesto, está en perfecta armonía con todos los otros pasajes y apoya la declaración de que «Jehová nuestro Dios, Jehová uno es» (Deuteronomio 6:4). «Sólo hay un Dios, el Padre» (1 Corintios 8:6). De modo que Jehová es el único Dios, el Padre, y no Jesucristo, de quien el profeta Isaías nos dice que es el «siervo» de Jehová (Isaías 53:11). Esto está confirmado por Jesús mismo, quien nos dice que él no vino para hacer su voluntad, sino para hacer la del Padre (Juan 5:30, etc.).

    germain-7@hotmail.es

    #7015
    EVA LOPEZ
    Invitado

    hermanos DIOS los bendiga a mi me parese bien sus comentarios con lo de la TRINIDAD ES LO QUE YO DISIERNO DE LAS ESCRITURAS solo le preguntaria Ustedes hablan de las iglesias como PROTESTANTES ROMANOS Y TRINITARIAS Y pregunto uds de que hablan se que de la biblia de la palabra tambien se que JESUCRISTO no es religion que la iglesia somos nosotros pero si nesecitamos un lugar donde congregarnos sin embargo. Pregunto Uds que son a que lugar van, gracias por us enseñansas BENDICIONES

    #7016
    Aldo
    Invitado

    Aparte de tantas pasajes,cito Que El Espirito Santo ordena , en el Libro «Hechos de los Apostoles», a que los aposteles deberian apartar dos hombres Pablo ya Barnabé para evangelizar y los proibiu de ir al oriente

    #7017
    holman
    Invitado

    ¿cual es el fundamento linguistico para afirmar que las 7 cabezas del dragon gobiernan sobre 7 planetas ,
    explicamelo por favor.

    gracias por su respuesta

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