La fe sin obras…

Fernando:

Cuando Jesús oró al Padre diciéndole que apartara de esa copa (responsabilidad, misión), demostró que era consciente de lo que experimentaría, golpes, tortura, latigazos, humillaciones, agotamiento, angustia, dolor, lo cual obviamente nadie quiere experimentar, porque ni como deporte es aceptable.

FGuttmann

Rocio del Carmen:

1.- No quiere decir que porque Jesus murió por nosotros para que seamos salvos cuando nacemos, nacemos libre de pecado.

El «pecado» (palabra griega que significa «transgresión»), está inherente en el humano que procede de los mortales.

La rebelión de Satán trajo alteraciones que afectaron al hombre involucrado directa o indirectamente.

Los directos descendientes de esas víctimas o prosélitos llevamos esa afección en el torrente sanguíneo, heredamos basura genética, y somos engendrados con esa herencia en un mundo afectado por esa rebelión en todos sus aspectos y ordenes.

2.- La muerte de Jesús se debió a un convenio donde resaltó un pago, y con ese precio se lograría la restauración del hombre afectado, desde luego del que la aceptara.

Con Jesús, una vez retorne, la humanidad que se le sujete experimentará aquello que vivieron por poco tiempo esa pareja adámica.

3.-. La verdadera causa de que JESUS muriera entre tanto dolor y tortura se debió al estilo de su sacrificio, en una cruz romana, con los métodos propios que la caracterizaban, pero si no aconteció de otra manera es porque así se esperaba que sucediera en unos tiempos donde reinaba en esas latitudes ese imperio.

De no haber existido ese imperio en territorio israelita, Jesús habría pagado colgado en un madero, de manos de los líderes de Judea.

El imperio romano se prestó, sin saberlo, y por su condición de invasor, para esa «negociación», que Jesús pagara ese precio, con su derramamiento de su sangre.

Para el exigidor de ese precio no tenía sentido un sacrificio con anestesia.

Nuestra salvación no se supone que era por su muerte sin las torturas, porque si de ello se tratara así habría sucedido.

Los sentimentalismos no encajan en este tipo de realidad.

FGuttmann

Edi:
Bien que estés entre esos que buscan información relacionada con lo «espiritual», específicamente en el enmarco «bíblico». En cuanto a los videntes y sanadores, si son o no ayudados por «ángeles» y si esos «ángeles» proceden del Altísimo o si están «disfrazados de ovejas» o si son «lobos rapaces». No hay una constante que asiente que los videntes sean «ayudados» y menos de parte de «ángeles». Lo conveniente es despejar, primero, la procedencia y significado del vocablo «ángel», «ángeles». Asi mismo lo que tenga que ver con la «videncia». En esa perspectiva lo relacionado a las «sanaciones». Independientemente de quien maneje la videncia o la sanación, esas realidades no necesariamente proceden del «diablo», como tampoco lo son la química, la física, la astrología o cualquier otra ciencia, disciplina, profesión u oficio, que pueden ser usadas para hacer lo bueno o lo malo. Lo de «disfrazarse» también amerita evaluarse con sensatez, porque alguien disfrazado imitando a ciertos animales es notorio. Un lobo dificlmente se disfraza y menos como una oveja. Las comparaciones para resaltar actitudes o actividades de las personas deben sopesarse debidamente. Hay personas uniformadas que identifican a entidades que representan a las autoridades, sin que ello exprese que están disfrazadas, sin embargo un policía o un soldado pueden hacer uso indebido de esos uniformes y de su dotación.Un quimico puede hacer uso incorrecto con sus conocimientos. Hay videntes y sanadores que proceden del Altísimo como los hay que le sirven al imperio de Satán. «Por sus frutos» o intenciones se podrían discernir. En el mundo «cristiano» se están presentando personas que dicen ser «pastores» o «profetas» o «profetizas», y hacen «grandes señales y prodigios, de tal manera que engañan, aun a los escogidos» (Mat 24:24 R60). Y las gentes les siguen ciegamente. Por lo general es casi que imposible convencer a alguien que les sigue de ese hecho.
Por otra parte, en la Biblia no existe ni una sola reseña que diga que Abraham haya alimentado a «ángeles». Para el caso que traes a colación, allí dice «varones» y dos de ellos estuvieron expuestos a ser violados sexualmente. El tema de aquellos que portaron «alas» no tiene que ver con el costumbrismo religioso. En cuanto a la «fe sin obras», ello lo resaltan personajes como «Santiago», Pablo y Juan.
FGuttmann.

Edi:
El tal «Señor» obviamente no era «DIOS» porque a DIOS no le ha visto nadie, es invisible, por tanto era un representante. Esos dos varones procedentes de fuera de esta tierra no necesariamente causaron esa «ceguera» a quienes trataron de violarlos porque tenían poderes, solo con una simple linterna eso es viable en estos tiempos y más en aquellos cuando solo conocían en las noches las luces de las teas encendidas o de las fogatas. Ese fuego y azufre obviamente procedieron de naves. Las voces que escuchaba esas gentes de arriba procedentes de esas naves era a través de alto parlantes, como sucede desde los helicópteros cuando interceptan lanchas en el mar.
FGuttmann.

Leticia:

Judas «Iscariote» («Ish»: «varón») de «Cariot» no estaba destinado a «traicionar» a Jesús, aun cuando en las Alturas los encargados del plan del del Altísimo sabían, y se contaba con ello, que Satán se la enfilaría a uno de los doce para «entregar» a Jesús.

Mateo reseña que Judas, «viendo» que Jesús «era condenado, devolvió arrepentido las treinta piezas de plata a los principales sacerdotes y a los ancianos, diciendo: Yo he pecado entregando sangre inocente. Mas ellos dijeron: ¿Qué nos importa a nosotros? ¡Allá tú! Y arrojando las piezas de plata en el templo, salió, y fue ———–y se ahorcó» (Mat 27:3-5 R60), pero el libro de los hechos desvirtúa a Mateo mencionando que Judas (al intentar ahorcarse) cayó de cabeza y se reventó por la mitad, y que todas sus entrañas se derramaron y que ello «fue notorio a todos los habitantes de Jerusalén».

En cuanto a la sanción para quien se prestara al objetivo de Satán, entregar a Jesús, según lo advertido en el libro de los Salmos, consistiría en que su «habitación» sería «hecha desierta» y que nadie moraría en ella, por tanto otro tomaría «su oficio» (Act 1:18-20).

FGuttmann.

David:

En ninguna parte dice en la Biblia que debemos bendecir a la «nación de Israel».

Yehovah le dijo a Abram (cuando aun no se le había alterado el nombre: «Abraham») que se fuera de su tierra, en la cual estaba, en Harán, y de esa parentela, y de la casa de tu padre, allí establecida, a la tierra que le mostraría.

Le dio la promesa: «Y haré de ti (1) una nación grande, y (2) te bendeciré, y (3) engrandeceré tu nombre, y (4) serás bendición.

«Bendeciré a los que te bendijeren, y a los que te maldijeren maldeciré; y serán benditas en ti todas las familias de la tierra (Gen 12:1-4 R60).

Todo ello está enmarcado en la persona de Abraham, no en la nación de Israel.

En cuanto a que en su momento «todo Israel será salvo», ello hace referencia a tres momentos; uno cuando lleguen los últimos tiempos de este sistema administrativo actual que se deshará por causa de la gran tribulación que se avecina, en el cual el actual Estado de Israel estará a puertas de sucumbir y el advenimiento de Jesús (Zac. 14.4) le salva; y el segundo, cuando Jesús haga juicio a los israelitas al iniciar su reinado milenial entre ellos y con ellos, con los que no se hallen entre el listado de los que serán rechazados (1Co. 6.9-10). El tercero, al finalizar el milenio, cuando Satán sea suelto para que haga la purga final, entonces se conocerán a los verdaderos «israelitas» (Rev. 21).

FGuttmann.