La fe sin obras…

Carlos:

Un fornicario es una persona corrupta, que se sustenta en la corrupción; un adultero quien altera lo esencial, sea una información o un producto, y un maldiciente es un chismoso, una persona cizañera, o persona que utiliza palabras obscenas, ofensivas.

FGuttmann.

Carlos:

Si entiendes el significado de fornicación, entonces, ¿por qué te preocupa como lo aplican en las «iglesias cristianas» para el tema de tener relaciones sexuales antes del matrimonio?

Ese vocablo, fornicación, no tiene la culpa de cómo lo utilicen, así como la madre de Jesús no tiene la culpa de cómo usan su nombre o persona.

No obstante, es comprensible y respetable el intento de los líderes religiosos de evitar los desbordes o desaciertos sociales y notable que intenten poner orden en una sociedad y si usan términos como «fornicar» para inducir a las gentes a tener un comportamiento razonable, pues, que lo ventilen y los otros que crean necesarios, porque no están cometiendo desacierto alguno en enseñar a no tener relaciones sexuales antes del matrimonio.

FGuttmann.

Jaime:

Cuando la información que aporta la Biblia hace referencia a la «emuná» (gr. FE) se refiere a la seguridad que tiene la persona de aquello que ha comprendido según lo que se la ha proyectado, enseñado, mostrado.

Las 613 reglas o la ley dada a Moisés solamente fueron para la nación de Israel y no producían «emuná».

Tampoco se trata de los ministerios dados por el Padre y los instituidos por Jesús.

FE se le dieron, por ejemplo, a Daniel y a Juan mediante sus experiencias que les aportaron informaciones concisas.

Existen muchas obras diferentes la una de la otra que Dios preparó de antemano para que en ellas trabajáramos vinculados al «cuerpo» (organización) de Jesús.

Muchas de ellas brillan por su ausencia por causa del organigrama «eclesiástico» que se ha impuesto en la sociedad «cristiana».

FGuttmann.

Estrella:

Entiendo que «perteneces» a un grupo de estudios Bíblicos y que con base en el vídeo «la Fe sin obras» quieres saber que puedes hacer para ser esa obrera de Dios. Lo primero es comprender que la cabeza o líder de las obras que han de desarrollarse en esta tierra es Jesús. Jesús te pide que cargues tu cruz y le sigas, que cargues con él el yugo o responsabilidad que él tiene en este mundo. Que no seas parte de ningún colectivo que se se caracterice por «calentar sillas» en las «iglesias» ni ser espectadora de sus espectáculos, casi que circenses. Lo conveniente es prepararte, capacitarte, enterarte de esa verdad que tiene que ver con la realidad de este mundo y del reino de los cielos, tema que no tiene algo que ver con religión.
Un obrero debe saber de su oficio, así que Jesús te dirá qué tipo de oficio te corresponderá y la obra en la que harás tu parte.
La mayoría de los creyentes pierden la oportunidad de experimentar una unción o ser responsabilizados por Jesús para sacar adelante algo, por «pertenecer» a organigramas ajenos al «cuerpo» (organización») de Jesús. Por ello no pasan de ser meros «creyentes». Estudia desapasionadamente la información que aporta la Biblia, examinalo todo, retén lo conveniente. Deja en manos de Jesús el tiempo … y mientras tanto conversa mucho con tu Padre y con él, su Hijo. Tendrás mucho que platicar con ellos, en la medida en que te vayas enterando de la verdad.
¿Resides en México?
FGuttmann.