Revelaciones 20:13

Felipe Ariel Rojas:

“Y el mar entregó los muertos que había en él; y_____la muerte____y el Hades entregaron los muertos que había en ellos; y fueron juzgados cada uno según sus obras”…Rev.20:13

Lo primero es despejar a qué «mar» se refirió Juan. Ese «mar» es el «segundo cielo» o cielos (universo) afectados por la rebelión.

Ese «mar» específicamente entregará esos «muertos» que en su seno tiene, es decir a los seguidores de Satán que se encuentren, obviamente vivos, formando parte del ejército de Satán, cuando se de esa batalla entre Miguel y sus mensajeros contra el «dragón» o ejército del Maligno y cuando sean apresado el remanente de ese imperio, el que haya quedado en esos siete planetas regentados por monarcas al servicio del imperio satánico.

También entregarán sus «muertos» tanto la MUERTE, es decir, los que se hallen en el mundo ajenos a la verdad, como ese lugar, llamado del griego el HADES, donde acceden los que fallecen que le sirvieron directa o indirectamente a Satán .

Tres escenarios harán entrega de sus «muertos» para que sean juzgados «cada uno según sus obras”.

La muerte en si misma es un distanciamiento terminal del hombre terrenal de su Creador y de su creación.

Todo aquel, donde quiera que se encuentre, sea en este planeta o en otro, que le sirva directa o indirectamente a Satán y a su imperio es considerado en el reino de los cielos MUERTO, así como Jesús y los suyos consideran MUERTA al pecado a la persona que renuncia a seguir transgrediendo y nace de nuevo.

Isaías 14:16-17 hace referencia a Satán cuando todos le vean muerto físicamente:

“Se inclinarán hacia ti los que te vean, te contemplarán, diciendo: ¿Es éste aquel varón que hacía temblar la tierra, que trastornaba los reinos;
que puso el mundo como un desierto, que asoló sus ciudades, ———>que a sus presos nunca abrió la cárcel<——-? Cierto, desde la rebelión de Satán las generaciones de adámicos que nacieron en este mundo, que hasta el día de hoy regenta el Enemigo, y las demás moradas comprometidas, hemos quedado sin poder salir al universo. Certísimo, los presos somos nosotros, por ello conocer la verdad nos hace libres. La cárcel es la limitación que tenemos en términos generales. Nos mantiene con vida solo los pocos dias o años que vivamos, a menos que nos aferremos a Jesús, entonces él nos da desde ya ese tipo de vida, el conocimiento de la verdad, para que conociéndola sepamos qué esperamos: vida en abundancia, es decir, no solo eterna sino participativa. Si no llegaras a tener una experiencia "cercana" con el viento consagrado ---------proveniente de fuera de esta morada--------, como lo esperas, contacto físico con un mensajero de Jesús, ello necesariamente no querrá decir que no has "nacido de nuevo", porque el "nacer de nuevo" trae resultados que te convencerán del actuar de ese "viento" en tu vida y otras experiencias te seguirán. FGuttmann.