Jesús alteró la Torah.
Jesús alteró la Torah.
FGuttmann.
Jesús dijo a sus seguidores judíos: «Oísteis que fue dicho a los antiguos: No matarás; y cualquiera que matare será culpable de juicio. Pero yo os digo que….//// Oísteis que fue dicho: No cometerás adulterio. Pero yo os digo que ///. También fue dicho: Cualquiera que repudie a su mujer, dele carta de divorcio. Pero yo os digo que ///. Además habéis oído que fue dicho a los antiguos: No perjurarás, sino cumplirás al Señor tus juramentos. Pero yo os digo: ///. Oísteis que fue dicho: Ojo por ojo, y diente por diente. Pero yo os digo: ///. Oísteis que fue dicho: Amarás a tu prójimo, y aborrecerás a tu enemigo. Pero yo os digo ///. (Mat 5:21-48 R60).
Con base en lo anterior, que está escrito en cualquier Biblia, Jesús solo vino a hacer lo que su Padre le envió traer, el nuevo pacto y con ellas esas nuevas normativas que conforman su nueva ley, la de la libertad.
Desde luego que Jesús no transgredió su día, el del reposo, por ello no se atuvo a la manera como sus congéneres lo observaban o cumplían o hacían, y en esos días de reposo sanó y caminó fuera de los límites que imponían los ortodoxos e incluso sus seguidores fueron censurados por los fundamentalistas porque comieron espigas: «En aquel tiempo iba Jesús por los sembrados ——————en un día de reposo————.//// Caminar en un día de reposo más de cierta distancia era ilícito, según interpretaron la Torah los fundamentalistas. ///; y sus discípulos tuvieron hambre, y comenzaron a arrancar espigas y a comer. Viéndolo los fariseos, le dijeron: He aquí tus discípulos hacen lo que no es lícito hacer en el día de reposo».
Esos fundamentalistas, recalcitrantes, obtusos de mente, no tenían en cuenta lo que Jesús les recordó, aquello que hizo su rey David, «cuando él y los que con él estaban tuvieron hambre», en en día de reposo, que entraron «en la casa de Dios», lo cual era prohibido , y comieron «los panes de la proposición, que no les era lícito comer ni a él ni a los que con él estaban, sino solamente a los sacerdotes». Tampoco tuvieron en cuenta «cómo en el día de reposo los sacerdotes en el templo profanan el día de reposo» y nadie los culpa. Con respecto a ello les resaltó que «uno mayor que el templo» estaba allí delante de ellos. Los religiosos no suelen tener Misericordia, y lo que buscan son los sacrificios y les agrada condenar a los inocentes. La máxima de cara al día del reposo israelita; no para los gentiles es que «el Hijo del Hombre es Señor del día de reposo». (Mat 12:1-8 R60)
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